"(...) las viejas fotografías engañan mucho, nos dan la ilusión de que estamos vivos en ellas, y no es cierto, la persona a quien estamos mirando ya no existe, y ella, si pudiera vernos, no se reconocería en nosotros.” JOSÉ SARAMAGO. Todos los nombres

9._ El coleccionismo

El coleccionismo no se trata de una distracción sino de una pasión y casi siempre tan violenta que solo se distingue del amor o la ambición, por la insignificancia de su objetivo.  Jean de La Bruyere


Coleccionar ha sido una actividad habitual en todas las sociedades a lo largo de la historia y es un instinto humano básico y muy antiguo que trasciende la mera acumulación de objetos y se convierte en un acto humano profundamente arraigado en la necesidad de comprender, conectar, preservar y encontrar belleza y significado en el mundo que nos rodea. Los coleccionistas pueden ser especialistas en un tema y que los objetos que coleccione formen parte de sus intereses o también un autodidacta sin educación académica, y cuya formación se base en la experiencia adquirida en el acto mismo de coleccionar y que le ha permitido seleccionar y organizar sus colecciones de una forma personal y determinada.

El origen etimológico


El origen etimológico de la palabra "colección" nos lleva a una reflexión profunda sobre la naturaleza misma del coleccionismo y cómo el acto de coleccionar está relacionado intrínsecamente con la razón, el orden y la elección.

  • Elección y Discriminación: La raíz "légere" en latín y "λέγειν" (légein) en griego sugiere la acción de seleccionar o escoger. Esto implica un proceso de discriminación en el que algunos objetos son seleccionados para la colección, mientras que otros son excluidos. El coleccionista actúa como un curador, tomando decisiones basadas en criterios personales, históricos, estéticos o de valor.
  • Orden y Organización: Una colección, por definición, implica una forma de organización. Al igual que "λόγος" (lógos) representa la razón y el orden en el discurso, una colección representa una forma de razón y orden en el mundo material. Los objetos se organizan de cierta manera, ya sea por fecha, tipo, valor u otra clasificación.
  • Catálogo y Documentación: "καταλέγειν" (katalégein) sugiere la acción de enumerar o revisar. Una colección a menudo viene acompañada de un catálogo o lista, que documenta y describe cada objeto dentro de ella. Esta documentación es esencial para comprender y apreciar completamente la colección.
  • Relación con la Racionalidad: La conexión con "λόγος" (lógos)  A través del acto de coleccionar, el coleccionista busca comprender, apreciar y dar sentido al mundo. La colección, en muchos aspectos, es una manifestación material de la lógica y la razón.

Esta exploración etimológica revela cómo el acto de coleccionar es mucho más que una simple acumulación de objetos. Es una práctica profundamente humana que refleja nuestro deseo de entender, organizar y encontrar significado en el mundo que nos rodea. Además, nos recuerda que cada objeto en una colección no es simplemente un artículo material, sino una pieza en un discurso más amplio sobre lo que valoramos y cómo interpretamos el mundo. La pasión o el interés personal que motiva a alguien a coleccionar es único para cada individuo. Mientras que para unos puede ser simplemente un hobby o una forma de pasar el tiempo, para otros puede ser una profunda forma de autoexpresión, una conexión con el pasado, o incluso una forma de inversión para el futuro. Lo que es constante es la profunda conexión emocional que muchas personas sienten hacia sus colecciones y los objetos o temas que les interesan.

Motivaciones 

El acto de coleccionar es una combinación compleja de impulsos psicológicos, históricos y sociales. Las motivaciones detrás del coleccionismo son diversas y pueden variar significativamente de una persona a otra. Estas motivaciones a menudo reflejan aspectos individuales, experiencias personales y valores. Las motivaciones para coleccionar objetos específicos pueden ser diversas y, a menudo, son una combinación de factores personales y externos. La elección de lo que se colecciona es una decisión personal que refleja la identidad y los valores del coleccionista, así como sus experiencias y pasiones únicas. 

¿Qué motiva a una persona a ser un coleccionista?

Varias motivaciones pueden impulsar a alguien a ser un coleccionista:
  • Interés Personal o Pasión: A lo largo de la historia, la colección ha sido una forma de preservar la cultura, la historia y el arte. Ya sea que se trate de sellos, postales, arte, automóviles antiguos o incluso juguetes, estos objetos cuentan una historia y ofrecen una visión del pasado. Pero, además como explica el profesor Russell W. Belk (1995) los objetos coleccionados tienen que tener además una gran importancia y significado sobre todo para la persona que los colecciona y esa importancia la debe dar el conjunto de toda la colección y no una sola pieza en concreto
  • Conexión Emocional: Los objetos coleccionables a menudo tienen un valor sentimental para el coleccionista. Puede ser un recordatorio de una época pasada, una representación de un interés o pasión particular, o simplemente un objeto que provoca una sensación de alegría o nostalgia.
  • Coherencia y Tema: La idea de que una colección se unifica en torno a un tema o conjunto de criterios es fundamental para la mayoría de los coleccionistas. Este enfoque temático puede dar una estructura y un propósito claros a la actividad de coleccionar, al tiempo que fomenta un sentido de logro al avanzar hacia la consecución de un conjunto completo o bien equilibrado.
  • Desafío: Para muchos coleccionistas, la búsqueda es tan emocionante como la posesión. El proceso de encontrar, negociar y adquirir una pieza deseada puede ser una aventura en sí misma. Completar una serie, encontrar una pieza rara o restaurar un objeto antiguo a su antigua gloria puede proporcionar una profunda satisfacción.
  • Comunidad: Coleccionar puede ser una actividad solitaria, pero también puede ser una forma de conectarse con otros que comparten intereses similares. Hay clubes, foros y eventos dedicados a casi todas las formas de colección, lo que permite a los entusiastas compartir conocimientos, intercambiar objetos y celebrar su pasión conjunta
  • Legado: Algunos coleccionistas ven sus colecciones como un legado, algo que pueden pasar a las futuras generaciones para que lo aprecien y cuiden.
  • Autoexpresión: A través de sus colecciones, las personas pueden expresar aspectos de su identidad y personalidad. Los objetos que uno elige coleccionar a menudo reflejan sus intereses, valores, pasiones e incluso su historia personal. La colección se convierte en una extensión de uno mismo.
  • Emoción y Placer: La emoción y el placer que provienen de la búsqueda y adquisición de objetos son aspectos significativos del coleccionismo. La anticipación de encontrar una pieza rara o valiosa y la satisfacción de agregarla a la colección pueden ser experiencias emocionantes y gratificantes.
  • Relajación y Reducción del Estrés: Algunos coleccionistas encuentran que el acto de coleccionar es una forma de relajarse y reducir el estrés. La atención y la dedicación requeridas pueden ser terapéuticas.
    Estas motivaciones no son mutuamente excluyentes y, en muchos casos, los coleccionistas pueden sentir una combinación de varias de ellas. El coleccionismo es una actividad personal y única que permite a las personas satisfacer una variedad de necesidades emocionales, cognitivas y personales, y enriquecer sus vidas a través de la conexión con los objetos que coleccionan.



    El punto que menciona el profesor. Aquí hay algunas razones por las cuales esto es relevante:


      ¿Por qué cada coleccionista sigue su propia forma de ordenamiento de su colección?

      El ordenamiento de una colección refleja las preferencias, objetivos y valores individuales del coleccionista:
      • Prioridad según Rareza o Valor: Un coleccionista puede optar por mostrar los objetos más raros o valiosos en lugares destacados, reflejando una valoración basada en la exclusividad o en el valor financiero.
      • Orden Cronológico: El ordenamiento según la fecha de producción o adquisición puede indicar un interés en la historia y evolución de los objetos coleccionados. Esto puede ser común en coleccionistas de monedas, sellos o artefactos históricos.
      • Orden Estético: Algunos coleccionistas pueden organizar su colección basándose en colores, diseños o cualquier otro atributo estético, lo que refleja una apreciación por la belleza visual y el diseño.
      • Orden Temático: Si un coleccionista agrupa elementos basados en temas o categorías específicas, puede estar interesado en la narrativa o en contar una historia específica a través de su colección.
      • Cuidado y Preservación: La forma en que un coleccionista cuida sus objetos (uso de vitrinas, condiciones controladas de luz y humedad, etc.) puede reflejar el valor que otorga a la preservación y longevidad de los artículos.
      • Accesibilidad y Uso: Un coleccionista que mantiene su colección accesible y la usa regularmente, en lugar de mantenerla guardada o en exhibición estática, puede valorar más la funcionalidad y el uso práctico.
      • Documentación: Mantener registros detallados, etiquetas y documentación sobre cada objeto sugiere un enfoque académico o histórico, valorando el conocimiento y la proveniencia.
      • Espacio Dedicado: La cantidad de espacio o el tipo de espacio que alguien dedica a su colección (por ejemplo, una habitación completa versus un estante) puede reflejar la importancia que la colección tiene en la vida del coleccionista.
      • Interacción Comunitaria: Si un coleccionista comparte activamente su colección con otros, ya sea en exposiciones, foros o clubes, puede indicar un valor de comunidad y compartir conocimientos.
      • Intención de Crecimiento: Un coleccionista que deja espacio para futuras adquisiciones puede estar enfocado en el crecimiento y expansión constante de su colección.
      • El orden y presentación de una colección, por tanto, no es solo una cuestión práctica; es una ventana al mundo interno del coleccionista, reflejando cómo ve, valora y se relaciona con su pasión.

      ¿Qué estrategias, pasos o medios sigue cada coleccionista para conformar su colección, es decir, adquirir cada ejemplar que la conforma?

      La forma en que un coleccionista conforma su colección puede variar ampliamente según sus intereses personales, objetivos y recursos disponibles. Sin embargo, aquí tienes una serie de estrategias, pasos y medios comunes que muchos coleccionistas emplean al adquirir ejemplares para su colección:
      • Investigación Inicial. Investigar en línea, en libros, revistas especializadas, o a través de la comunidad de coleccionistas para aprender sobre el objeto de colección y su historia.
      • Establecimiento de Objetivos: Definir los objetivos específicos de la colección, como completar una serie, obtener ejemplares raros o representativos de una época particular, o centrarse en un tema específico.
      • Presupuesto: Determinar un presupuesto claro para las adquisiciones. Esto puede ser una parte importante de la estrategia de adquisición.
      • Establecer criterios de calidad y autenticidad para los ejemplares deseados. Asegurarse de que los ejemplares cumplan con las condiciones y autenticidad deseadas. Esto puede requerir la evaluación de expertos en algunos casos.
      • Identificación de Fuentes: Establecer una red de contactos con otros coleccionistas, vendedores y expertos en el campo para obtener información privilegiada y acceso a oportunidades de adquisición. Identificar fuentes potenciales de adquisición, como tiendas especializadas, subastas, ferias, mercados de pulgas, vendedores en línea, otros coleccionistas, etc. 
          • Eventos y Ferias: Asistir a exposiciones, ferias y eventos de coleccionistas donde es posible encontrar piezas de interés.
          • Subastas: Participar en subastas, ya sea en persona o en línea, para adquirir piezas raras o valiosas.
          • Comercio y Trueque: Intercambiar piezas con otros coleccionistas para completar una serie o mejorar la colección.
      • Exploración Continua: Desarrollar habilidades de negociación para obtener los mejores precios posibles. Esto es especialmente importante en subastas y en tratos con otros coleccionistas. La búsqueda de nuevas adquisiciones es un proceso continuo. Los coleccionistas a menudo dedican tiempo regular para explorar oportunidades de adquisición.
      • Documentación: Llevar registros detallados de cada adquisición, incluyendo la fecha, el precio, la fuente y cualquier información relevante sobre la pieza.
      • Mantenimiento y Conservación: Una vez adquiridos, los coleccionistas deben cuidar y preservar sus piezas para mantener su calidad y valor.
      • Evaluación y Reevaluación: Periódicamente, los coleccionistas pueden reevaluar sus objetivos y su colección, ajustando su enfoque y estrategia según sea necesario. llegando incluso a reconfigurar una parte o toda la colección
      Cabe señalar que cada colección es única, y los pasos específicos y las estrategias empleadas variarán según el objeto de colección y las preferencias del coleccionista. Algunos coleccionistas pueden adoptar una aproximación más metódica y planificada, mientras que otros pueden seguir un enfoque más intuitivo y apasionado en su búsqueda de ejemplares. 

      Perfiles psicológicos de los coleccionistas

      La pasión y el caos son elementos fundamentales en el mundo de la colección. La pasión impulsa al coleccionista a buscar, descubrir y adquirir objetos, mientras que el caos se deriva de la inmensa diversidad de objetos, estilos y enfoques posibles en el mundo de la colección. 

      El estudio de los perfiles psicológicos de los coleccionistas es un campo interesante que ha sido abordado por psicólogos y sociólogos. En última instancia, el coleccionismo es una actividad profundamente personal que puede ofrecer una amplia gama de satisfacciones y recompensas. La idea de que algo es "mío" y el acto de poseer objetos que tienen significado personal son aspectos fundamentales de esta práctica. La búsqueda constante de nuevos objetos, el perfeccionamiento de la colección y la búsqueda de rarezas son aspectos que pueden mantener a los coleccionistas comprometidos durante toda su vida.

      Si bien es cierto que algunas personas pueden dar prioridad a lo material, para muchas otras, la colección es una manifestación de la riqueza emocional y espiritual que encuentran en su pasión por los objetos que han elegido reunir.
       
      Los factores ambientales y culturales, como el entorno familiar o la influencia de la sociedad, ciertamente pueden desempeñar un papel en despertar el interés por el coleccionismo. Aunque algunos coleccionistas pueden mostrar un alto grado de atención a los detalles y dedicación a su afición, esto generalmente no se considera patológico ni obsesivo en el sentido clínico. Sin embargo, como mencionó la psicóloga Isabel Pinillos, gran parte de las motivaciones detrás de esta conducta son psicológicas. Aquí hay algunas de las motivaciones psicológicas que a menudo se asocian con el coleccionismo:
      • Necesidad de Orden y Control: Algunos coleccionistas encuentran en su colección una fuente de orden y control en un mundo que a menudo se siente caótico. La organización y el mantenimiento de la colección pueden brindar una sensación de estructura y previsibilidad.
      • Satisfacción Emocional: La búsqueda, adquisición y posesión de objetos puede brindar una satisfacción emocional profunda. La emoción de encontrar un objeto raro o valioso puede ser gratificante y estimulante.
      • Identidad y Conexión Personal: Las colecciones pueden ser una extensión de la identidad del coleccionista. Los objetos seleccionados a menudo reflejan intereses personales y valores, y pueden servir como una forma de conectarse con el pasado, la cultura y la historia personal.
      • Necesidad de Completitud: Algunos coleccionistas sienten una profunda necesidad de "completar" su colección. Esta búsqueda constante puede estar impulsada por el deseo de alcanzar un estado de perfección o de lograr un objetivo específico.
      • Búsqueda de Significado y Significación: Los objetos en una colección pueden tener un significado y una importancia personal para el coleccionista. Estos objetos pueden representar momentos significativos en la vida del individuo o servir como símbolos de valores personales.
      • Necesidad de Compartir y Conectar: Aunque la posesión es importante, muchos coleccionistas también encuentran satisfacción en compartir sus objetos con otros. La interacción social y la conexión con comunidades de coleccionistas pueden ser una parte importante de la experiencia.
      • Estímulo Mental y Curiosidad: Coleccionar puede ser una actividad que estimula el aprendizaje y la curiosidad, ya que el coleccionista investiga, busca y aprende más sobre los objetos de su interés.
      • Búsqueda de Autenticidad: En una sociedad donde todo puede ser replicado o producido en masa, tener algo único o auténtico puede ser especialmente valioso desde un punto de vista psicológico.
      Estas motivaciones psicológicas pueden variar de un coleccionista a otro, y en muchos casos, varios de estos factores pueden estar presentes en una sola persona. El coleccionismo es una actividad rica y compleja que refleja una amplia gama de necesidades humanas y deseos psicológicos. Sí, el acto de coleccionar, por su naturaleza, atrae a menudo a individuos que poseen o desarrollan ciertas cualidades y características, que no solo facilitan el acto de coleccionar sino que también lo hacen más gratificante. 

      La sensación de logro al localizar un objeto buscado durante mucho tiempo, la satisfacción de mantener y organizar una colección y la alegría de aprender y descubrir constantemente son recompensas que muchos coleccionistas valoran profundamente. 

      La obsesión, en cierta medida, también puede ser una característica común en algunos coleccionistas, especialmente aquellos que están profundamente apasionados por su área de interés. Esta obsesión puede manifestarse en la búsqueda constante de nuevas adquisiciones, la investigación exhaustiva sobre los objetos y la dedicación a la mejora constante de la colección. Si bien la obsesión puede tener connotaciones negativas en muchos contextos, en el mundo del coleccionismo a menudo se ve como una señal de pasión y dedicación genuina.  Algunas personas pueden coleccionar de manera más relajada y por puro placer, mientras que otras pueden adoptar un enfoque más estructurado y ambicioso. Sin embargo, como con cualquier pasión, es importante que los coleccionistas encuentren un equilibrio y se aseguren de que su hobby enriquezca sus vidas en lugar de dominarlas por completo.

      El coleccionismo a menudo se convierte en un desafío personal para los coleccionistas. Establecer objetivos tangibles y alcanzables es una parte importante de la experiencia. Estos objetivos pueden incluir la adquisición de piezas específicas, la creación de una colección temática completa o el logro de un cierto valor en el mercado. Estos objetivos proporcionan un sentido de propósito y logro en la actividad de coleccionar.

      Sin embargo, es importante destacar que no todos los coleccionistas son necesariamente obsesivos o extremadamente organizados. La intensidad y la naturaleza de la colección pueden variar significativamente de un individuo a otro. Algunas personas pueden coleccionar de manera más relajada y por puro placer, mientras que otras pueden adoptar un enfoque más estructurado y ambicioso. En última instancia, el coleccionismo es una actividad muy personal que puede adaptarse a una amplia variedad de personalidades y estilos.

      Existen miles de objetos coleccionables, pero lo que seguramente tienen en común todos los coleccionistas, es que son personas organizadas, cuidadosas y un punto obsesivas, que encuentran en el coleccionismo un medio para ponerse a prueba ellos mismos, marcándose objetivos, que inicialmente tienen que ser tangibles y alcanzables.

      EL OBJETO DE COLECCIÓN 

       Los objetos en una colección pueden ser representaciones simbólicas de las necesidades y valores del coleccionista. El coleccionismo, en lugar de ser una simple acumulación de objetos deseados, es un proceso intencional y sistemático que a menudo implica la búsqueda de múltiples ejemplares o una serie de objetos relacionados. Aquí hay algunas consideraciones adicionales:

      • Representación Simbólica: Cada objeto en una colección puede tener un significado simbólico que va más allá de su valor material. Puede representar una parte de la vida, historia o personalidad del coleccionista. Estos objetos pueden evocar emociones y recuerdos, o reflejar creencias y valores personales.
      • Creación de Series: La creación de series o la búsqueda de objetos relacionados es una característica común del coleccionismo. Esto puede agregar profundidad y significado a la colección al permitir que el coleccionista explore diferentes aspectos o variaciones de un tema.
      • Satisfacción de la Curiosidad y Exploración: La búsqueda de múltiples objetos en una serie puede ser una forma de satisfacer la curiosidad y la necesidad de explorar un tema a fondo. Los coleccionistas a menudo disfrutan aprendiendo sobre la historia, la variación y la autenticidad de los objetos que reúnen.
      • Sentido de Logro: Cada objeto adquirido puede proporcionar un sentido de logro y satisfacción para el coleccionista. La adquisición de un nuevo objeto en la serie puede ser una fuente de alegría y cumplimiento y la posesión de una colección completa puede ser un logro personal.
      • Cuidado y Responsabilidad: Los coleccionistas a menudo asumen la responsabilidad de cuidar y preservar sus objetos. Esta responsabilidad puede crear un vínculo especial entre el coleccionista y sus objetos, ya que se convierte en su protector y cuidador.
      • Estrategias de Adquisición: Cada coleccionista tiene su propio método o estrategia para adquirir nuevos objetos. Algunos pueden investigar exhaustivamente antes de una adquisición, mientras que otros pueden confiar más en la intuición o en el valor sentimental de un objeto.
      • El desafío de la Búsqueda: Parte del atractivo del coleccionismo puede ser el desafío de encontrar y adquirir objetos raros o únicos. Esta búsqueda puede ser una parte esencial de la experiencia del coleccionista, ofreciendo no solo la emoción de la "caza", sino también la satisfacción de encontrar un objeto deseado.
      • Preservación y Legado: Al coleccionar una serie de objetos relacionados, los coleccionistas pueden estar involucrados en la preservación de un aspecto específico de la historia o la cultura. Esto puede ser visto como una contribución al legado cultural.
      • Compartir y Mostrar: Aunque la posesión es importante, muchos coleccionistas también disfrutan compartiendo sus colecciones con otros. Pueden sentirse orgullosos de lo que han adquirido y desean mostrar sus objetos a amigos, familiares o incluso al público en general. En última instancia, el coleccionismo es una actividad profundamente personal que puede ofrecer una amplia gama de satisfacciones y recompensas. La idea de que algo es "mío" y el acto de poseer objetos que tienen significado personal son aspectos fundamentales de esta práctica.

      En resumen, el coleccionismo es un proceso que va más allá de la mera acumulación de objetos. Cada objeto y su lugar en una serie pueden tener un profundo significado y representar la culminación de la pasión, el conocimiento y la identidad del coleccionista. La creación de series y la organización sistemática son aspectos esenciales que agregan valor y significado a la práctica del coleccionismo. La naturaleza intrínsecamente personal del coleccionismo sugiere que cada coleccionista tiene una relación única y profunda con sus objetos. Esta relación es el resultado de una combinación de factores individuales, emocionales, psicológicos y culturales que hacen que el coleccionismo sea una actividad fascinante y compleja. 

      Jean Baudrillard, un filósofo y sociólogo francés, ha escrito extensamente sobre objetos, consumo y las estructuras de significado en la sociedad contemporánea. La reflexión de Baudrillard nos recuerda que detrás de cada objeto y de la práctica de coleccionar hay una red de significados, valores y obsesiones que reflejan nuestra relación con el pasado y nuestra comprensión del valor en la sociedad contemporánea.

      • Nostalgia de sus Orígenes: Baudrillard argumenta que hay una fascinación profunda con el pasado y con los objetos que provienen de él. Estos objetos antiguos se valoran porque evocan una época o una era que ha desaparecido. Esta nostalgia no es solo por el objeto en sí, sino por el tiempo y el contexto del que proviene, un tiempo percibido como "mejor" o "auténtico" en comparación con el presente.
      • Obsesión de la Autenticidad: Además de la nostalgia, Baudrillard señala que hay una obsesión con la autenticidad del objeto. En una sociedad donde las réplicas y las falsificaciones están presentes, asegurarse de que un objeto es "real" o "auténtico" se convierte en una preocupación principal. Esta obsesión puede eclipsar el verdadero valor o significado del objeto, ya que la autenticidad se convierte en el criterio primordial de valor.

      . Por un lado, las personas buscan objetos que les conecten con un pasado percibido como más "real" o "genuino". Por otro lado, en una era donde las falsificaciones y las reproducciones son comunes, hay una necesidad constante de verificar y autenticar.

      EL PROCESO DE COLECCIONAR

      El coleccionismo no consiste en la acumulación de objetos deseados y valorados sin más, sino que es un proceso ordenado y sistemático. Según McInstoch, y Schmeichel (2004) existen ocho fases en este proceso: 

      • Decisión de comenzar una colección: Esta es la chispa inicial que enciende la pasión por coleccionar. Puede surgir de una experiencia personal, un objeto heredado, una fascinación particular o incluso una exposición casual a un objeto o colección existente.
      • Búsqueda de información sobre qué coleccionar: Una vez que se ha tomado la decisión, el coleccionista potencial investiga y se educa. Esto podría incluir la lectura de libros, la consulta a expertos, la visita a exposiciones o la investigación en línea.
      • Elección de un objeto o de varios para empezar: Basado en la información recopilada y las inclinaciones personales, el coleccionista decide por dónde empezar. Esto establece un tono y una dirección para la colección.
      • Diseño de un plan para la adquisición: Aquí, el coleccionista establece un enfoque estratégico. Esto podría incluir la fijación de un presupuesto, la identificación de lugares de compra (subastas, tiendas, mercados en línea) y la determinación de la autenticidad y calidad deseadas.
      • Búsqueda del objeto: Esta fase implica el proceso activo de buscar y encontrar los objetos deseados. Puede ser tan simple como visitar una tienda local o tan complejo como viajar a otro país.
      • Adquisición: Una vez localizado el objeto, el coleccionista procede a su adquisición. Esto puede implicar la negociación del precio, la verificación de la autenticidad y la finalización de la compra.
      • Colocación y organización: Una vez adquirido, el objeto es integrado en la colección existente. Esto implica decidir dónde y cómo se mostrará o almacenará, teniendo en cuenta aspectos como la protección, la visibilidad y la estética.
      • Clasificación: Esta es una fase continua en la que los objetos se categorizan y se ordenan según diferentes criterios, como la época, el origen, el tipo o el valor. A medida que la colección crece, la clasificación puede revisarse y ajustarse.

      Estas fases reflejan la naturaleza deliberada y cuidadosa del coleccionismo. Lejos de ser una simple acumulación de objetos, el coleccionismo es un acto de curaduría y una expresión de pasión, conocimiento y apreciación. Cada objeto en una colección lleva consigo una historia y un valor, no solo en términos monetarios, sino también en términos de lo que representa para el coleccionista.

      A un coleccionista, normalmente, lo que más le gusta es el proceso de búsqueda: encontrar la pieza o el objeto fuera de lo común o difícil de obtener, con las historias que tienen detrás. Pero junto a esta motivación por la búsqueda, hay otras características psicológicas que los coleccionistas acostumbran a tener: ser extremadamente ordenados, basar la elección en criterios personales y, además, mostrar lo que se tiene.

      Por último miremos el  enfoque del profesor Russell W. Belk (1995)  ha sido uno de los principales académicos en el estudio del consumo y ha realizado importantes aportaciones en el entendimiento del coleccionismo desde una perspectiva psicológica y sociológica. La perspectiva que Belk ofrece sobre el coleccionismo resalta cómo la actividad va más allá de la simple adquisición de objetos. Según Belk, la verdadera esencia del coleccionismo no reside en los objetos individuales, sino en la colección completa. Si bien una pieza individual puede ser valiosa o significativa, es la colección en su conjunto la que lleva el peso del significado. Esta idea desafía la noción común de que las colecciones se valoran principalmente por las piezas individuales más raras o valiosas. Si bien las colecciones pueden tener un valor monetario o histórico, Belk destaca el valor emocional y personal que las colecciones tienen para los coleccionistas. Las emociones, recuerdos y conexiones personales que los coleccionistas asocian con sus objetos son fundamentales para comprender la verdadera esencia del coleccionismo.











       




       


      La interpretación de la colección y su significado puede variar ampliamente de un individuo a otro, y esto es parte de lo que hace que esta actividad sea tan intrigante y enriquecedora desde una perspectiva sociocultural y psicológica.
       
      Cada colección es única y refleja la personalidad y los intereses del coleccionista, lo que la convierte en una ocupación significativa para quienes la practican.

      La elección de objetos a coleccionar y la forma en que se organizan y exhiben a menudo reflejan la personalidad, los intereses y los valores del coleccionista. La colección se convierte en una extensión de la identidad del individuo.
       

      No existe una única respuesta a por qué un coleccionista se interesa por objetos concretos, ya que esto varía según cada individuo.

      Las motivaciones que impulsan  a alguien a coleccionar pueden ser:

      • Tradición: Algunas personas heredan el coleccionismo de sus familias y lo continúan como una tradición
      • Curiosidad Intelectual: La simple curiosidad y el deseo de aprender más sobre un tema específico puede ser un fuerte motivador. Un coleccionista puede estar interesado en la historia, la fabricación o la procedencia de ciertos objetos.
      • Búsqueda de Belleza: Para muchos, la motivación radica en la apreciación estética de los objetos. Coleccionar arte, por ejemplo, a menudo se basa en un deseo de estar rodeado de belleza.
      • Conexión Emocional: Algunos coleccionistas buscan objetos que evocan recuerdos específicos o sentimientos, quizás relacionados con su infancia, personas queridas o momentos significativos en sus vidas.
      • Desafío y Competencia: El coleccionismo puede verse como un juego o desafío. La emoción de encontrar un objeto raro o completar una serie puede ser una poderosa motivación.
      • Reafirmación de la Identidad: A través de sus colecciones, las personas pueden expresar quiénes son, sus valores y lo que consideran importante.
      • Legado y Continuidad: Algunos coleccionistas buscan dejar un legado, ya sea para sus descendientes o para instituciones como museos.
      • Inversión: Algunos ven el coleccionismo como una forma de inversión a largo plazo, esperando que los objetos adquieran valor con el tiempo.
      • Control y Orden: En un mundo que puede sentirse caótico, tener control sobre una colección y organizarla meticulosamente puede proporcionar un sentido de orden y logro.
      • Relajación y Terapia: El acto de coleccionar y organizar puede ser terapéutico. Ayuda a algunas personas a relajarse y a desconectarse de otras preocupaciones.
      • Pertenencia Comunitaria: Ser parte de una comunidad de coleccionistas puede brindar un sentido de pertenencia. Las interacciones, ya sean en línea o en persona, con otros que comparten un interés similar pueden ser gratificantes.
      • Reconocimiento y Status: En algunos círculos, tener una colección impresionante puede llevar al reconocimiento y al aumento del estatus dentro de esa comunidad.
      En general, el coleccionismo no solo es una actividad personal, sino que también puede tener un impacto significativo en la comunidad y en la sociedad en general. Las colecciones pueden servir como puentes para conectar a las personas, preservar la cultura y la historia, y enriquecer la vida cultural y social. Al conservar objetos a lo largo del tiempo, los coleccionistas también pueden estar contribuyendo a la preservación de la historia, la cultura o el conocimiento relacionado con esos objetos. Las colecciones pueden actuar como archivos personales o públicos de recuerdos y patrimonio.

      El objeto de colección, en su esencia, trasciende su valor material para adoptar un significado más profundo para el coleccionista. 

      Aspectos clave sobre el objeto de colección y su relevancia:

      • Simbolismo y Significado: Los objetos de colección pueden ser simbólicos y representar necesidades, deseos o valores importantes para el individuo. Pueden expresar la personalidad, los intereses y las aspiraciones del coleccionista.
      • Conexión Emocional: Muchos coleccionistas sienten una profunda conexión emocional con sus objetos. Estos objetos pueden evocar sentimientos de nostalgia, alegría, orgullo o incluso melancolía.
      • Cumplimiento de Deseos: Coleccionar puede ser visto como una forma de alcanzar lo inalcanzable o de poseer lo que alguna vez pareció imposible. Esto puede satisfacer un deseo profundo o una necesidad del coleccionista.
      • Representación de la Identidad: La colección de un individuo puede reflejar su personalidad, intereses, valores y pasiones. Es una extensión tangible de quién es esa persona.
      • Relación entre Objetos: Si bien un objeto individual tiene su propio valor y significado, su relación con otros objetos en la colección crea una narrativa o historia. Cada objeto adicional añade capas de complejidad y profundidad a esa narrativa.
      • Valor y Significado Personal: Cada objeto de colección puede tener un valor y un significado personal para el coleccionista. Pueden evocar emociones, recuerdos y asociaciones únicas.
      • La Búsqueda: La búsqueda en sí misma es una parte crucial del coleccionismo. La emoción de encontrar un objeto deseado, la investigación, la negociación y finalmente la adquisición son componentes esenciales del proceso de coleccionar. Esta búsqueda es una manifestación de la naturaleza inquisitiva y apasionada del coleccionista.
      • Creación de Orden: Al coleccionar, las personas crean orden y estructura. Categorizar, organizar y exhibir objetos puede ser una forma de dar sentido o controlar una parte del mundo del coleccionista.

      En conclusión, el objeto de colección es mucho más que un simple artículo material. Es un reflejo de los deseos, emociones y valores del coleccionista. La necesidad de coleccionar y la búsqueda continua de nuevos objetos para añadir a una colección revelan las profundidades psicológicas y emocionales de esta actividad. Cada objeto cuenta una historia y contribuye a la narrativa más amplia de la colección.


      Para muchos coleccionistas, el acto de coleccionar va más allá de la mera acumulación de objetos. A través de los objetos coleccionados mostramos parte de nuestra personalidad y preferencias. Cada pieza puede tener un significado personal o emocional, y la actividad de coleccionar en sí misma a menudo proporciona una profunda satisfacción y sentido de logro.


      Es importante mencionar que, aunque estas características pueden ser comunes en muchos coleccionistas, no todos los coleccionistas se ajustan a este perfil. Cada persona tiene su enfoque y estilo único en la búsqueda de los objetos, y a la hora de organizarse y planificarse. Estas características pueden ser, que no se den todas a la vez, pero me parece que sí se dan todas ellas en proporciones a lo largo de la vida.

      Es interesante destacar la diferencia entre un acumulador y un coleccionista, ya que ambas categorías involucran la adquisición de objetos, pero con actitudes y motivaciones distintas:

      Acumulador:

      • Los acumuladores tienden a adquirir objetos sin un propósito o enfoque específico. A menudo, esto ocurre de manera casual o sin un plan definido.
      • La adquisición de objetos para un acumulador a veces puede ser impulsiva, sin una consideración significativa de la calidad, el valor o la autenticidad de los objetos.
      • Los objetos pueden acumularse sin una organización clara o cuidado especial. La acumulación puede llevar a la acumulación desordenada de objetos.
      • En algunos casos, la acumulación excesiva y desorganizada de objetos puede estar relacionada con el síndrome de Diógenes, que es un trastorno de acumulación compulsiva.
      Coleccionista:

      Los coleccionistas, como se mencionó previamente, tienden a ser más ordenados, sistemáticos y cuidadosos en su enfoque de adquirir y mantener objetos.
      La adquisición de objetos para un coleccionista generalmente está respaldada por un interés apasionado en un tema específico o una categoría de objetos. Esta elección de tema a menudo se basa en la investigación y la información.
      Los coleccionistas suelen mantener registros y organización de sus objetos, y los cuidan y protegen de manera adecuada.



      El proceso de coleccionar es dinámico y puede evolucionar con el tiempo. A medida que la colección crece y el coleccionista adquiere más conocimientos y experiencia, es posible que vuelva a visitar y ajustar cada una de estas fases. Es un viaje personal y único que refleja la pasión y el compromiso del coleccionista hacia su objeto de interés.


      EL PROCESO DE COLECCIONAR

      El coleccionismo no consiste en la acumulación de objetos deseados y valorados sin más, sino que es un proceso ordenado y sistemático. Según McInstoch, y Schmeichel (2004) existen varias fases en este proceso: :
      • Decidir qué coleccionar: Esta es la etapa inicial donde se despierta el interés. Una persona puede sentirse atraída por un objeto específico debido a su belleza, significado histórico, valor emocional o cualquier otro motivo. En esta fase, se define el enfoque y el alcance de la colección.
      • Búsqueda de información: Una vez que se ha decidido el objeto de interés, la siguiente etapa implica investigar más sobre el tema. Esto puede incluir aprender sobre la historia del objeto, su importancia cultural, su valor en el mercado y otros detalles relevantes. Esta investigación proporciona una base sólida para el coleccionista y le permite tomar decisiones informadas a medida que avanza. La atención al detalle es esencial al evaluar la autenticidad de un objeto. Los coleccionistas a menudo se familiarizan con las marcas, las firmas y otros detalles distintivos para identificar y autenticar piezas genuinas.
      • Selección de objetos iniciales: Esta es la fase de adquisición activa, donde el coleccionista busca y adquiere nuevos objetos para su colección, siguiendo la estrategia que ha trazado. Estos artículos iniciales suelen ser puntos de partida y pueden influir en la dirección futura de la colección.
      • Planificación de la búsqueda: Esta fase implica trazar un plan sobre cómo encontrar y adquirir objetos adicionales para la colección. Puede incluir la identificación de lugares como tiendas especializadas, subastas, mercados en línea, ferias y exposiciones, entre otros.
      • Adquisición: Esta etapa es el acto de comprar o de otra manera obtener los objetos deseados. La adquisición puede requerir negociación, autenticación y la evaluación cuidadosa de la condición y el valor del objeto.
      • Colocación, organización y clasificación: Una vez adquiridos, los objetos son añadidos a la colección. Esto implica decidir cómo se mostrarán, organizarán y clasificarán. Los coleccionistas pueden usar sistemas específicos basados en la fecha, la importancia, el origen o cualquier otro criterio que consideren relevante.
      • Exhibición o Almacenamiento: Dependiendo de la naturaleza de la colección y las preferencias del coleccionista, los objetos se exhibirán para su apreciación personal o la de otros, o se almacenarán de forma segura.
      • Valor Emocional: Aparte del valor financiero o histórico, las colecciones suelen tener un valor emocional para el coleccionista. La organización adecuada respeta ese valor, asegurando que cada objeto se conserve y se aprecie de manera óptima.
      • Reflexión y Reevaluación: Con el tiempo, el coleccionista puede reflexionar sobre su colección, reevaluar sus metas y hacer cambios según sea necesario. Esto puede implicar vender o intercambiar objetos, reorientar la colección hacia un nuevo enfoque o expandirla aún más.









      Todo el mundo puede ser coleccionista, pueden ser objetos grandes o pequeños, vivos o estáticos y sólo dependerá del tiempo, del dinero, o del espacio que tengamos. Todo es válido. Hay colecciones para todos los bolsillos y cada uno tiene que encontrar la que le gusta y se puede costear. Pero, además como explica el profesor Russell W. Belk (1995) los objetos coleccionados tienen que tener además una gran importancia y significado sobre todo para la persona que los colecciona y esa importancia la debe dar el conjunto de toda la colección y no una sola pieza en concreto. Lo que está claro, es que cuando un objeto pasa a formar parte de una colección, deja de tener la función para la que fue creado y
      pasa a convertirse en un objeto mágico y sagrado.

      Según los profesores McIntosh, y Schmeichel (2004) podemos distinguir varias fases en
      este proceso de coleccionar

      • En primer lugar, la gente decide que coleccionar.
      • Luego busca información acerca de ello.
      • Después eligen uno o más objetos para empezar.
      • Seguidamente planifican la búsqueda del o de los objetos.
      • Después los adquieren
      • Y, por último, los colocan, organizan, clasifican.

      Muchos comienzan a coleccionar los mismos objetos desde la infancia, otros los van
      cambiando a lo largo de ella y la mayoría lo empiezan en un determinado periodo, pero lo
      que sí tienen en común, es que para todos ellos la colección está viva y tiene que ir
      evolucionando y ampliando a lo largo de la vida. Lo que no quita que se vayan cambiando
      los objetivos durante el tiempo y se vayan vendiendo algunos objetos y comprando otros
      para redefinir la colección. Russell W. Belk (1995), ve el coleccionismo como un viaje
      continuo de búsqueda, siempre vigilante a los tesoros ocultos que puedan surgir.


      Aunque, se suele definir al coleccionista como un ser solitario, no hay nada más alejado de
      la realidad. Después de la satisfacción de encontrar los objetos deseados, el hecho de
      mostrarlos es lo más gratificante. Esta necesidad de socializarse encuentra en ocasiones
      muchas dificultades dependiendo del tipo de colección o del tamaño del lugar donde se
      viva. La posibilidad que da internet para resolver estas dificultades, no impide reconocer
      los beneficios que proporciona la conexión con personas que comparten tus aficiones en
      espacios públicos donde se compra, intercambia y comparte conocimientos y
      frustraciones.

      Hemos hablado de los beneficios que proporciona el coleccionismo a la hora de relajarnos
      y hacernos olvidar nuestras tareas cotidianas o el deseo de valorar las cosas, pero no
      debemos olvidar del peligro que se puede ocasionar a la hora de gestionar las
      frustraciones, porque debemos de ser conscientes de que no todo se puede conseguir
      siempre, y menos de manera inmediata.




      Como acaba Mario Gradowczyk en su artículo, se podría plantear el coleccionismo como
      metáfora “que toda la vida está signada por la necesidad de acumular objetos para
      finalmente librarnos de ellos, o ellos de nosotros.”

       


      Coleccionar ha sido una actividad habitual en todas las sociedades a lo largo de la historia y es un instinto humano básico y muy antiguo. Los coleccionistas pueden ser especialistas en un tema y que los objetos que coleccione formen parte de sus intereses o también un autodidacta sin educación académica, y cuya formación se base en la experiencia adquirida en el acto mismo de coleccionar y que le ha permitido seleccionar y organizar sus colecciones de una forma personal y determinada.

      En resumen, el coleccionismo es una actividad profundamente arraigada en la experiencia humana y puede ser una manifestación de la curiosidad, la pasión y el deseo humanos de conectar con el pasado, entender el presente y, en ocasiones, invertir en el futuro. 

       Desde antigüedades hasta objetos modernos, las personas han encontrado satisfacción y significado en la búsqueda, adquisición y apreciación de objetos que les interesan. El fenómeno del coleccionismo sigue vivo y vibrante en la actualidad, con coleccionistas de todas las edades y orígenes que continúan persiguiendo sus pasiones y construyendo colecciones únicas y significativas.

      El acto de coleccionar no solo implica adquirir objetos, sino también seleccionarlos y organizarlos de manera personal y determinada. 

      Los coleccionistas a menudo encuentran una gran satisfacción en la búsqueda, la investigación y el cuidado de sus objetos coleccionables, y cada colección refleja la pasión y los intereses personales del coleccionista. y se caracteriza por una fuerte conexión emocional con los objetos coleccionados. Al ser un fenómeno multifacético puede tocar diversas áreas de la experiencia humana, desde la historia y la cultura hasta la psicología y la economía. 

      Cada objeto coleccionado lleva consigo una historia, un valor y un significado, entrelazados en la trama más amplia de la sociedad y la individualidad.

      Algunos coleccionistas se centran en objetos que les apasionan o que están relacionados con sus intereses personales, mientras que otros pueden coleccionar por su valor histórico, estético o monetario. La actividad de coleccionar a menudo se convierte en una forma de expresión personal y puede ser una fuente de satisfacción y disfrute para quienes la practican 


      Aquí hay algunas reflexiones y aspectos clave sobre el fenómeno del coleccionismo:


      Algunos ejemplos notables de objetos coleccionados incluyen:

      1. Monedas y billetes: La numismática es una afición antigua en la que las personas coleccionan monedas y billetes, a menudo debido a su valor histórico, artístico o económico.

      2. Sellos postales: Los filatelistas coleccionan sellos postales de todo el mundo, centrándose en aspectos como la historia postal, la iconografía y la rareza.

      3. Arte y antigüedades: Los coleccionistas de arte buscan obras de arte que les inspiren o les atraigan estéticamente, mientras que los amantes de las antigüedades pueden adquirir objetos históricos y culturales.

      4. Libros y manuscritos: Los bibliófilos coleccionan libros raros, ediciones antiguas o manuscritos históricos debido a su valor literario o histórico.

      5. Juguetes y figuras de acción: Los coleccionistas de juguetes se enfocan en adquirir figuras de acción, muñecos, vehículos y otros objetos relacionados con la cultura pop y el entretenimiento.

      6. Tarjetas postales: Los cartofilistas coleccionan tarjetas postales, que pueden ofrecer una visión fascinante de la historia, la geografía y la cultura de diferentes lugares.

      7. Minerales y fósiles: Los coleccionistas de minerales y fósiles se sienten atraídos por la belleza y la rareza de estas piezas naturales.

      8. Vehículos antiguos: Los aficionados a los automóviles y las motocicletas a menudo coleccionan vehículos clásicos y antiguos.

      La lista de objetos coleccionados es interminable y refleja la diversidad de intereses y pasiones de las personas. El coleccionismo proporciona una forma de conectarse con la historia, la cultura y el arte a través de objetos físicos, y es una actividad que brinda satisfacción personal a quienes la practican.




      .

      Cierto, la motivación para coleccionar es altamente personal y puede variar significativamente de una persona a otra. Algunos de los factores y motivaciones comunes para coleccionar incluyen:

      1. Pasión e Intereses Personales: Muchos coleccionistas se centran en objetos que les apasionan o que están relacionados con sus intereses personales. Esto puede incluir coleccionar objetos relacionados con pasatiempos como el deporte, la música, la ciencia, la historia, la literatura o cualquier otro tema que despierte su entusiasmo.

      2. Valor Estético: Algunos coleccionistas se sienten atraídos por la belleza de los objetos que coleccionan. Pueden apreciar la estética, el diseño o la artesanía de los objetos y encontrar satisfacción en poseer y exhibir piezas que consideran visualmente atractivas.

      3. Valor Histórico y Cultural: Para otros, la motivación está relacionada con el valor histórico y cultural de los objetos. Pueden coleccionar objetos que tienen una importancia significativa en la historia o la cultura, ya sea a nivel local o mundial.

      4. Valor Monetario: Algunos coleccionistas pueden ver el coleccionismo como una inversión y pueden estar interesados en objetos que tienen un valor monetario significativo. En algunos casos, la colección puede aumentar en valor con el tiempo.

      5. Satisfacción Personal: La actividad de coleccionar a menudo brinda una gran satisfacción personal. Los coleccionistas disfrutan de la emoción de la búsqueda, la investigación y la adquisición de nuevos objetos para su colección.

      6. Conexión con el Pasado: Para muchos, el coleccionismo ofrece una forma de conectarse con el pasado. Los objetos antiguos o históricos pueden evocar un sentido de nostalgia o una conexión con épocas pasadas.

      7. Comunidad y Socialización: Algunos coleccionistas encuentran comunidad y socialización en grupos de coleccionistas o clubes relacionados con su área de interés. Compartir su pasión con otros puede ser una parte importante de la experiencia de coleccionar.

      En resumen, la motivación para coleccionar puede ser diversa y variada. Para la mayoría de los coleccionistas, esta actividad va más allá de la acumulación de objetos; es una forma de expresión personal, una fuente de satisfacción y una manera de relacionarse con el mundo a través de objetos que tienen un significado especial para ellos.


      La experiencia adquirida a través de la colección puede llevar a un profundo conocimiento y aprecio de los objetos coleccionados, así como a la formación de comunidades de coleccionistas que comparten intereses similares. En el caso de las tarjetas postales, como se mencionó anteriormente, el coleccionismo ha desempeñado un papel importante en la popularidad y el interés continuo por estas postales ilustradas.


      Es cierto que la experiencia adquirida a través de la colección puede conducir a un profundo conocimiento y aprecio de los objetos coleccionados. Los coleccionistas a menudo se sumergen en la historia, el contexto y los detalles relacionados con los objetos que reúnen, lo que puede enriquecer su comprensión y aprecio por esos objetos.

      Además, el coleccionismo puede fomentar la formación de comunidades de coleccionistas que comparten intereses similares. Estas comunidades proporcionan un espacio donde los coleccionistas pueden intercambiar conocimientos, compartir experiencias, exhibir sus colecciones y establecer conexiones significativas con otros entusiastas. Las ferias de coleccionismo, los clubes de coleccionistas, los foros en línea y otros eventos sociales son ejemplos de plataformas donde los coleccionistas pueden conectarse y relacionarse con otros apasionados por la misma afición.

      En el caso específico de las tarjetas postales, como mencionaste anteriormente, el coleccionismo ha desempeñado un papel importante en la popularidad y el interés continuo por estas postales ilustradas. Los coleccionistas de tarjetas postales a menudo se convierten en expertos en la historia postal, la iconografía y la tipografía de estas postales. Su entusiasmo y dedicación contribuyen a preservar y promover el valor cultural y histórico de las tarjetas postales a lo largo del tiempo.



      En resumen, el coleccionismo es una actividad arraigada en la naturaleza humana que puede abordarse de muchas formas diferentes y que enriquece la experiencia personal de quienes la practican.

      Exactamente, el coleccionismo es una actividad profundamente arraigada en la naturaleza humana que puede abordarse de diversas maneras. A través de la colección, las personas pueden enriquecer su experiencia personal al explorar sus intereses, aprender sobre objetos y temas específicos, y establecer conexiones con otros coleccionistas. Esta práctica proporciona una forma de expresión personal y una fuente de satisfacción, al tiempo que contribuye a preservar la historia y la cultura a través de objetos significativos. En última instancia, el coleccionismo es una pasión que brinda una rica y gratificante experiencia a quienes la practican.

      A través de los objetos coleccionados mostramos parte de nuestra personalidad y preferencias.

      Absolutamente, a través de los objetos que coleccionamos, mostramos una parte de nuestra personalidad y nuestras preferencias. Nuestras colecciones pueden ser una ventana hacia nuestros intereses, pasiones y valores personales. Cada objeto que elegimos coleccionar dice algo sobre quiénes somos y qué nos importa. Aquí hay algunas formas en las que nuestras colecciones pueden reflejar nuestra personalidad:

      1. Intereses Personales: Los objetos que coleccionamos a menudo están relacionados con nuestros intereses personales. Por ejemplo, si alguien colecciona libros antiguos, puede indicar su amor por la literatura y la historia.

      2. Valores Culturales: Las colecciones también pueden reflejar nuestros valores culturales y éticos. Alguien que colecciona obras de arte contemporáneo puede estar interesado en la creatividad y la expresión artística actual.

      3. Historia Personal: Algunas colecciones pueden estar ligadas a eventos o experiencias personales significativas. Por ejemplo, alguien que colecciona recuerdos de viajes puede estar recordando aventuras pasadas.

      4. Pasatiempos y Aficiones: Las colecciones a menudo están relacionadas con pasatiempos y aficiones. Los coleccionistas de sellos, monedas o tarjetas postales pueden tener una pasión por la filatelia, la numismática o la cartofilia.

      5. Conexiones Emocionales: Algunos objetos tienen un valor sentimental y emocional para nosotros. Las colecciones de objetos heredados, regalos especiales o recuerdos de la infancia pueden tener un significado especial.

      6. Estilo Personal: Las colecciones también pueden reflejar nuestro estilo personal y estético. Un coleccionista de arte moderno puede tener un gusto por lo vanguardista y lo experimental.

      En resumen, nuestras colecciones son una forma de expresión personal y una manera de compartir nuestros intereses y valores con el mundo. Los objetos que coleccionamos pueden contar una historia sobre quiénes somos y qué nos importa, y son una forma única de mostrar parte de nuestra personalidad y preferencias.


      Es cierto que el coleccionismo suele atraer a personas con ciertas características comunes, como la organización, la atención al detalle y un deseo de establecer metas y objetivos para su colección. Los coleccionistas tienden a ser apasionados y dedicados a su afición, y pueden invertir tiempo y esfuerzo considerable en la búsqueda y adquisición de objetos para su colección. El proceso de coleccionar a menudo implica la investigación, el aprendizaje y la identificación de elementos específicos que se ajusten a la colección en curso. Los coleccionistas suelen desarrollar un profundo conocimiento sobre los objetos que coleccionan y pueden ser muy selectivos en cuanto a la calidad y autenticidad de los elementos que añaden a su colección.


      Es cierto que el coleccionismo tiende a atraer a personas con ciertas características comunes, como:

      1. Organización: Los coleccionistas suelen ser organizados en la gestión de su colección. Mantienen registros, catálogos y sistemas de almacenamiento para asegurarse de que sus objetos estén cuidadosamente organizados y sean fácilmente accesibles.

      2. Atención al Detalle: La atención al detalle es esencial para los coleccionistas. Observan minuciosamente los objetos que están considerando para su colección y pueden notar detalles que pasan desapercibidos para otros.

      3. Establecimiento de Metas: Muchos coleccionistas establecen metas y objetivos para su colección. Pueden tener la intención de adquirir ciertos objetos específicos o completar una serie de elementos relacionados.

      4. Pasión y Dedicación: El coleccionismo a menudo es una pasión profunda para quienes lo practican. Los coleccionistas están dispuestos a invertir tiempo, esfuerzo y recursos en su afición.

      5. Investigación y Aprendizaje: El proceso de coleccionar implica frecuentemente investigación y aprendizaje. Los coleccionistas buscan información sobre los objetos que coleccionan, su historia y su valor.

      6. Conocimiento Especializado: Con el tiempo, los coleccionistas desarrollan un conocimiento especializado sobre los objetos que coleccionan. Pueden ser expertos en su área de interés y reconocer detalles que otros pasan por alto.

      7. Selectividad: Los coleccionistas tienden a ser selectivos en cuanto a los objetos que añaden a su colección. No se conforman con cualquier cosa y pueden ser exigentes en términos de calidad y autenticidad.

      8. Interacción con la Comunidad: Muchos coleccionistas disfrutan de la interacción con otros coleccionistas. Se unen a clubes, participan en ferias y comparten su pasión con personas que comparten intereses similares.

      En resumen, el coleccionismo es una afición que a menudo requiere habilidades y características específicas, como la organización, la atención al detalle y un profundo compromiso. Los coleccionistas son apasionados, dedicados y disfrutan tanto del proceso de adquisición como del conocimiento y la investigación que implica su afición.

      El coleccionismo también puede ser una forma de expresión personal y una manera de conectarse con otros que comparten intereses similares. Las comunidades de coleccionistas suelen ser activas en eventos, ferias y en línea, donde pueden intercambiar información, objetos y experiencias.

      En última instancia, el coleccionismo es una actividad gratificante para quienes lo practican, ya que les permite perseguir sus pasiones, establecer metas personales y mostrar su personalidad y preferencias a través de los objetos que coleccionan.

      Así es, el coleccionismo es una actividad profundamente gratificante para quienes lo practican. Les brinda la oportunidad de perseguir sus pasiones y explorar sus intereses personales de una manera única. Además, establecer metas personales dentro de una colección puede ser un proceso motivador y satisfactorio. A través de sus colecciones, los coleccionistas pueden expresar su personalidad, preferencias y valores, y compartir su pasión con otros entusiastas.

      La diversidad de objetos que se pueden coleccionar y las múltiples formas de abordar el coleccionismo hacen que esta afición sea verdaderamente versátil y enriquecedora. Ya sea que alguien colecciona arte, sellos, monedas, tarjetas postales, libros raros o cualquier otra cosa, el acto de coleccionar agrega un sentido de propósito y significado a la vida de quienes lo practican. Además, el conocimiento y la experiencia adquiridos a lo largo del tiempo enriquecen aún más la experiencia del coleccionista.

      En última instancia, el coleccionismo es una forma única de explorar el mundo, conectarse con otros entusiastas y revelar aspectos significativos de uno mismo a través de los objetos que se atesoran




      Existen miles de objetos coleccionables, pero lo que seguramente tienen en común todos los coleccionistas, es que son personas organizadas, cuidadosas y un punto obsesivas, que encuentran en el coleccionismo un medio para ponerse a prueba ellos mismos, marcándose objetivos, que inicialmente tienen que ser tangibles y alcanzables.

      Es cierto que la organización, la atención al detalle y un cierto grado de obsesión son características comunes entre muchos coleccionistas. Estas cualidades son especialmente importantes cuando se trata de mantener y expandir una colección. Aquí hay algunas razones por las cuales estas características son valiosas para los coleccionistas:

      1. Organización: Mantener una colección organizada es esencial para poder localizar y exhibir los objetos de manera efectiva. Los coleccionistas suelen utilizar sistemas de clasificación, catálogos y métodos de almacenamiento meticulosos para mantener sus colecciones en orden.

      2. Atención al Detalle: La atención al detalle es clave para identificar objetos auténticos, evaluar su calidad y detectar posibles falsificaciones. Los coleccionistas a menudo examinan minuciosamente los objetos que están considerando para su colección.

      3. Obsesión y Pasión: La obsesión, en el sentido de un profundo interés y dedicación, es lo que impulsa a muchos coleccionistas a buscar constantemente nuevos objetos para su colección. Esta pasión puede ser una fuente de motivación y satisfacción.

      4. Establecimiento de Objetivos: Establecer metas y objetivos en el coleccionismo puede ser una parte fundamental de la experiencia. Los coleccionistas pueden aspirar a completar una serie de objetos específicos o alcanzar ciertos hitos dentro de su colección.

      5. Conocimiento y Experiencia: El coleccionismo a menudo implica un proceso de aprendizaje continuo. Los coleccionistas adquieren conocimientos especializados sobre los objetos que coleccionan y desarrollan experiencia en su área de interés.

      6. Comunidad: La comunidad de coleccionistas es una parte importante del coleccionismo. Los coleccionistas pueden compartir su pasión con otros que tienen intereses similares, intercambiar información y participar en actividades relacionadas con el coleccionismo.

      En última instancia, estas características pueden contribuir al éxito y la satisfacción en el mundo del coleccionismo. Aunque cada coleccionista es único y puede tener enfoques y objetivos diferentes, la organización, la atención al detalle y la dedicación son cualidades que a menudo comparten en su búsqueda de objetos coleccionables.



      Todo el mundo puede ser coleccionista, pueden ser objetos grandes o pequeños, vivos o estáticos y sólo dependerá del tiempo, del dinero, o del espacio que tengamos. Todo es válido. Hay colecciones para todos los bolsillos y cada uno tiene que encontrar la que le gusta y se puede costear. 

      Tienes razón, el coleccionismo es una afición muy accesible y versátil que puede adaptarse a las preferencias y recursos de cada persona. Aquí hay algunas razones por las cuales el coleccionismo es una actividad que puede ser disfrutada por personas de diferentes circunstancias:

      1. Variedad de Objetos: Como mencionaste, hay una amplia variedad de objetos que se pueden coleccionar, desde sellos y monedas hasta tarjetas postales, juguetes, arte, vehículos antiguos, libros, y prácticamente cualquier cosa que te pueda interesar. Esto significa que hay opciones para todos los gustos.

      2. Diversidad de Precios: El coleccionismo abarca un amplio rango de precios. Si bien algunas piezas pueden ser extremadamente valiosas y requerir una inversión significativa, muchas colecciones se pueden comenzar con objetos asequibles. La clave está en definir tu presupuesto y buscar objetos que se adapten a él.

      3. Espacio y Almacenamiento: El espacio disponible puede ser un factor limitante, pero existen colecciones que no requieren mucho espacio. Por ejemplo, las colecciones de sellos, monedas o tarjetas postales se pueden almacenar en álbumes compactos. Para objetos más grandes, como automóviles antiguos, obviamente se necesita más espacio.

      4. Tiempo: El coleccionismo puede adaptarse a tu ritmo y disponibilidad de tiempo. Puedes dedicarle tanto o tan poco tiempo como desees, ya sea investigando, adquiriendo objetos o simplemente disfrutando de tu colección.

      5. Intereses Personales: Lo más importante es que encuentres una colección que refleje tus intereses y pasiones personales. Coleccionar objetos que te apasionan hace que la experiencia sea más gratificante y significativa.

      6. Comunidad: En muchos casos, puedes encontrar comunidades de coleccionistas que comparten tus mismos intereses. Esto te brinda la oportunidad de conectarte con otras personas, aprender más sobre tu afición y participar en eventos relacionados con el coleccionismo.

      En resumen, el coleccionismo es una actividad diversa y accesible que puede adaptarse a las circunstancias y preferencias individuales. No importa si eres un principiante o un coleccionista experimentado, siempre hay algo emocionante que descubrir y coleccionar. Lo más importante es disfrutar del proceso y la pasión que impulsa tu colección.



      1. Historia Personal: Cada objeto coleccionado puede tener su propia historia, pero la historia personal del coleccionista también se entrelaza con la colección. La razón detrás de la elección de un tema o la forma en que se adquirieron ciertas piezas pueden ser parte importante de la narrativa de la colección.

      2. Valor Emocional: El valor emocional de los objetos coleccionados es a menudo lo que más importa para el coleccionista. Pueden tener recuerdos asociados, representar un logro personal o simplemente evocar emociones y conexiones especiales.

      3. Valor Contextual: A veces, una pieza puede no tener un valor intrínseco particularmente alto, pero encaja de manera única en la colección y agrega valor contextual. Puede ser una pieza que completa una serie o que representa una evolución en el tema de la colección.

      4. Exhibición y Disfrute: Los objetos coleccionados se exhiben y se disfrutan en el contexto de la colección en su conjunto. La disposición y presentación de las piezas pueden realzar su significado y atractivo.

      5. Conexión con Otros Coleccionistas: En comunidades de coleccionistas, el significado de las piezas individuales a menudo se comparte y se comprende mejor entre quienes comparten el mismo interés. Esto puede enriquecer la experiencia del coleccionista.

      En resumen, el significado y la importancia de las piezas en una colección coleccionista dependen en gran medida del tema y contexto de la colección, así como de la conexión personal y emocional que el coleccionista tiene con los objetos. Cada pieza contribuye a la narrativa de la colección en su conjunto, lo que hace que el coleccionismo sea una actividad rica y significativa.



      . Lo que está claro, es que cuando un objeto pasa a formar parte de una colección, deja de tener la función para la que fue creado y pasa a convertirse en un objeto mágico y sagrado.

      Es cierto que cuando un objeto se convierte en parte de una colección, a menudo adquiere un significado y un valor que trascienden su función original. Para el coleccionista, cada objeto se convierte en una parte importante de su mundo personal, y su valor puede ser tanto emocional como simbólico. Aquí hay algunas razones por las cuales los objetos en una colección pueden considerarse "mágicos" y "sagrados":

      1. Valor Emocional: Cada objeto en una colección puede estar asociado con emociones y recuerdos específicos. Puede evocar nostalgia, alegría, admiración o cualquier otra emoción que el coleccionista asocie con ese objeto en particular.

      2. Valor Personal: Los objetos en una colección a menudo reflejan los intereses y las pasiones personales del coleccionista. Pueden representar lo que más importa para esa persona y, como resultado, adquieren un valor personal significativo.

      3. Conexión con la Historia: Muchos objetos coleccionados tienen una historia detrás de ellos, ya sea relacionada con su creación, su origen o su propietario anterior. Estas historias pueden dar a los objetos una sensación de autenticidad y conexión con el pasado.

      4. Sentido de Logro: Para los coleccionistas, cada adición a su colección puede sentirse como un logro. Completar una serie o encontrar una pieza rara puede generar una sensación de satisfacción y éxito.

      5. Identidad y Pasión: Las colecciones a menudo forman parte de la identidad del coleccionista. Pueden definir sus intereses y pasiones, y el acto de coleccionar puede ser una expresión de quiénes son como individuos.

      6. Compartir y Conectar: Los coleccionistas a veces comparten su colección con otros, ya sea a través de exhibiciones, interacciones en línea o conversaciones. Esto puede crear conexiones significativas con personas que comparten intereses similares.

      En última instancia, la transformación de un objeto en un objeto "mágico" y "sagrado" en el contexto de una colección es un fenómeno que resalta la importancia del coleccionismo como una actividad enriquecedora y significativa en la vida de quienes la practican. Cada objeto se convierte en parte de una historia personal y en una fuente de satisfacción y alegría para el coleccionista






      La mayor motivación que tiene el coleccionista es la búsqueda de los objetos, pero a la hora de organizarse y planificarse hay distintos tipos de coleccionistas. Estas características pueden ser, que no se den todas a la vez, pero me parece que sí se dan todas ellas en proporciones a lo largo de la vida.

      Es cierto que los coleccionistas pueden exhibir una variedad de características y motivaciones en su búsqueda y organización de objetos para sus colecciones. Aquí hay algunas de las características y motivaciones comunes que suelen observarse en los coleccionistas:

      1. Búsqueda Constante: Muchos coleccionistas se sienten motivados por la emoción de la búsqueda. Disfrutan de la caza de objetos para su colección y pueden pasar tiempo significativo investigando, explorando mercados, ferias, tiendas y sitios web en busca de piezas únicas o raras.

      2. Organización y Catalogación: La organización es clave para muchos coleccionistas. Pueden llevar registros detallados de sus adquisiciones, mantener bases de datos o usar software de gestión de colecciones para mantener un registro de cada objeto en su posesión.

      3. Enfoque y Especialización: Algunos coleccionistas se especializan en un tema o categoría específica. Pueden centrarse en un período de tiempo histórico, un género artístico, una marca, un tipo de objeto o cualquier otro criterio específico. Esta especialización les permite profundizar en su conocimiento sobre su área de interés.

      4. Interacción Social: Para algunos coleccionistas, la interacción con otros coleccionistas es una parte importante de la experiencia. Pueden unirse a clubes de coleccionistas, participar en ferias y exposiciones, y conectarse en línea con personas que comparten sus intereses.

      5. Pasión y Emoción: La pasión es una característica común entre los coleccionistas. Sienten un amor profundo por los objetos que coleccionan y experimentan emociones intensas al adquirir nuevas piezas para su colección.

      6. Metas y Logros: Establecer metas y objetivos es una forma de mantener el interés en el coleccionismo. Los coleccionistas pueden tener la meta de completar una serie específica, encontrar una pieza rara o alcanzar un número determinado de objetos en su colección.

      7. Valor Monetario: Aunque no siempre es la principal motivación, algunos coleccionistas también pueden estar interesados en el valor monetario de sus objetos coleccionados. Pueden seguir el mercado y la cotización de sus piezas y considerar la inversión como parte de su interés en el coleccionismo.

      Es importante destacar que no todos los coleccionistas tienen todas estas características, y la combinación de motivaciones puede variar ampliamente de una persona a otra. Lo que une a todos los coleccionistas es su pasión por la búsqueda, adquisición y apreciación de objetos que tienen un significado especial para ellos



      Las conclusiones que se pueden extraer de las definiciones ofrecidas por la Real Academia Española en relación al coleccionismo son las siguientes:

      1. Recopilación de objetos de la misma clase o tipo: Una colección consiste en la reunión de objetos que pertenecen a la misma categoría o clase. Por ejemplo, monedas con monedas, sellos con sellos, tarjetas postales con tarjetas postales. Esto implica que una colección se enfoca en un tipo específico de objeto, y no es una mezcla aleatoria de diferentes tipos de objetos.

      2. Con algún interés o valor: Una colección tiene un propósito o interés detrás de ella. Los coleccionistas pueden tener diferentes motivaciones para crear y mantener sus colecciones. Algunos coleccionan objetos valiosos como una inversión, otros lo hacen por razones sentimentales o personales, y otros pueden hacerlo con fines de investigación o estudio. Cada coleccionista tiene sus propias razones para coleccionar.

      3. Ordenado: Una colección debe estar organizada o estructurada de alguna manera. Esto implica que los objetos dentro de la colección se organizan según ciertos criterios, como por país, año, características específicas de las piezas, o cualquier otro método que ayude a dar sentido y coherencia a la colección. Sin organización, una colección sería simplemente un conjunto de objetos de la misma categoría sin un propósito claro.

      En resumen, una colección es una reunión de objetos de la misma categoría o tipo, con un propósito o interés particular, y que está organizada de alguna manera para que tenga significado y valor para el coleccionista. Estas son las características fundamentales que definen lo que constituye una colección en el contexto del coleccionismo.





      Acumulador: Hay personas que comienzan una colección, muchas veces sin darse cuenta y después van adquiriendo más objetos sin molestarse en estudiarlos y a veces ni siquiera en mirarlos, es lo que Baudrillard habla de “guardar objetos en serie”. Y es más un pasatiempo que una colección. Este tipo, no tiene que ver con la persona que acumula objeto sin orden y que la psicopatología, denomina el síndrome de Diógenes.


      Es interesante destacar las diferencias entre un acumulador y un coleccionista, ya que aunque ambas personas pueden tener una gran cantidad de objetos, la motivación y la forma en que se relacionan con esos objetos pueden ser muy distintas.

      Un acumulador tiende a adquirir objetos de manera impulsiva o sin una razón clara, y a menudo no se preocupa por organizar o cuidar adecuadamente sus posesiones. Esto puede llevar a la acumulación desordenada de objetos y, en casos extremos, al síndrome de Diógenes, que es un trastorno caracterizado por la acumulación compulsiva de objetos sin valor aparente.

      Por otro lado, un coleccionista es más metódico y cuidadoso en su enfoque. Tiene un interés específico en ciertos tipos de objetos y se esfuerza por adquirirlos de manera planificada y organizada. Un coleccionista suele dar un valor especial a cada objeto en su colección y se preocupa por su conservación y presentación adecuada.

      En última instancia, tanto el acumulador como el coleccionista pueden encontrar satisfacción en su relación con los objetos, pero su enfoque y motivación son diferentes. El coleccionista a menudo busca un significado y una conexión más profundos con sus objetos, mientras que el acumulador puede estar menos preocupado por esos aspectos y más centrado en la adquisición continua de objetos.






      Coleccionista. Como ya se he dicho, tienden que ser ordenados sistemáticos y cuidadosos para poder organizar de una manera coherente su colección, porque para ellos es una afición lo que no quita que en ocasiones, esta actitud lleve a una cierta posición obsesiva con los objetos que se colecciona.




      Según los profesores McIntosh, y Schmeichel (2004) podemos distinguir varias fases en este proceso de coleccionar

      • En primer lugar, la gente decide que coleccionar.
      • Luego busca información acerca de ello.
      • Después eligen uno o más objetos para empezar.
      • Seguidamente planifican la búsqueda del o de los objetos.
      • Después los adquieren
      • Y, por último, los colocan, organizan, clasifican.

      El proceso de coleccionar, como lo describen los profesores McIntosh y Schmeichel, consta de varias fases bien definidas:

      1. Decisión de Coleccionar: En esta fase inicial, una persona decide que desea comenzar una colección. Esto suele estar impulsado por intereses personales, pasiones o curiosidades. Puede ser algo que les atraiga intrínsecamente o que vean como una inversión o una actividad gratificante.

      2. Búsqueda de Información: Una vez que se ha decidido qué coleccionar, la persona comienza a investigar y obtener información sobre el tema en cuestión. Esto puede implicar aprender sobre la historia, el valor, la autenticidad y otros aspectos relacionados con los objetos que planean coleccionar.

      3. Elección de Objetos Iniciales: En esta etapa, el coleccionista elige los primeros objetos que formarán parte de su colección. Estos objetos pueden ser especialmente significativos o representativos del tema de la colección.

      4. Planificación de la Búsqueda: Para ampliar la colección, se establece un plan de búsqueda. Esto puede incluir decidir dónde buscar objetos, establecer un presupuesto y un cronograma, y definir criterios específicos para la adquisición de nuevos elementos.

      5. Adquisición de Objetos: En esta fase, el coleccionista comienza a adquirir los objetos que formarán parte de su colección. Pueden comprarlos, intercambiarlos, recibirlos como regalos o encontrarlos en diferentes lugares, según su plan de búsqueda.

      6. Organización y Clasificación: Una vez que se han adquirido los objetos, el coleccionista los organiza, clasifica y almacena de acuerdo con un sistema específico. Esto puede incluir la catalogación de cada objeto, su exhibición en estanterías o álbumes, y la creación de registros detallados.

      Estas fases representan un proceso continuo en la experiencia de coleccionar, y cada una de ellas contribuye a la satisfacción y el disfrute que obtiene el coleccionista. El coleccionismo puede ser una actividad profundamente gratificante, ya que permite a las personas perseguir sus intereses, aprender sobre temas específicos y crear colecciones únicas y significativas


      Muchos comienzan a coleccionar los mismos objetos desde la infancia, otros los van cambiando a lo largo de ella y la mayoría lo empiezan en un determinado periodo, pero lo que sí tienen en común, es que para todos ellos la colección está viva y tiene que ir evolucionando y ampliando a lo largo de la vida. Lo que no quita que se vayan cambiando los objetivos durante el tiempo y se vayan vendiendo algunos objetos y comprando otros para redefinir la colección. Russell W. Belk (1995), ve el coleccionismo como un viaje continuo de búsqueda, siempre vigilante a los tesoros ocultos que puedan surgir.

      Es cierto que el coleccionismo puede comenzar en diferentes etapas de la vida y evolucionar a lo largo del tiempo. Algunas personas pueden desarrollar su interés en la infancia y mantenerlo a lo largo de su vida, mientras que otros pueden descubrir su pasión por la colección en momentos posteriores. El coleccionismo es una actividad que puede adaptarse y crecer junto con las experiencias y los intereses cambiantes de una persona.

      El concepto de que una colección está viva y en constante evolución es fundamental para muchos coleccionistas. La búsqueda de nuevos objetos, la redefinición de los objetivos de la colección y la posibilidad de vender o intercambiar elementos son parte integral de la experiencia de coleccionar. Como mencionó Russell W. Belk, el coleccionismo es un viaje continuo en busca de tesoros ocultos y objetos significativos.

      Esta flexibilidad y adaptabilidad en el coleccionismo permiten a las personas seguir explorando, aprendiendo y enriqueciendo su experiencia a lo largo de sus vidas, lo que lo convierte en un pasatiempo profundamente satisfactorio y enriquecedor para muchas personas. Cada objeto adquirido puede tener una historia y un significado únicos, y la colección en su conjunto refleja los intereses y las pasiones personales del coleccionista.





      Aunque, se suele definir al coleccionista como un ser solitario, no hay nada más alejado de la realidad. Después de la satisfacción de encontrar los objetos deseados, el hecho de mostrarlos es lo más gratificante. Esta necesidad de socializarse encuentra en ocasiones muchas dificultades dependiendo del tipo de colección o del tamaño del lugar donde se viva. La posibilidad que da internet para resolver estas dificultades, no impide reconocer los beneficios que proporciona la conexión con personas que comparten tus aficiones en espacios públicos donde se compra, intercambia y comparte conocimientos y frustraciones.

      Es cierto que, aunque se tiende a pensar en el coleccionista como alguien solitario, esta imagen no siempre es precisa. De hecho, muchas personas que practican el coleccionismo encuentran una gran satisfacción en compartir sus colecciones con otros aficionados. La necesidad de socializarse y conectarse con personas que comparten intereses similares es una parte importante de la experiencia del coleccionismo.

      Sin embargo, las oportunidades para socializar y compartir colecciones pueden variar según el tipo de colección y el entorno en el que se encuentre el coleccionista. Algunos coleccionistas pueden tener dificultades para encontrar personas con intereses similares en su área local, especialmente si su afición es poco común o si viven en lugares remotos.

      En este sentido, Internet ha proporcionado una forma invaluable de conectar a coleccionistas de todo el mundo. Las plataformas en línea, los foros, las redes sociales y los grupos especializados permiten a los coleccionistas compartir sus conocimientos, intercambiar objetos, mostrar sus colecciones y conectarse con otros apasionados de manera virtual. Esto ha ampliado enormemente las posibilidades de interacción y ha creado comunidades en línea vibrantes y activas de coleccionistas.

      En resumen, aunque el coleccionismo puede ser una actividad personal y apasionante, también puede ser muy gratificante compartirlo con otros que comparten la misma pasión. Ya sea en persona o en línea, la conexión con otros coleccionistas puede enriquecer la experiencia y brindar oportunidades para aprender, intercambiar y disfrutar de la afición en conjunto.


      Hemos hablado de los beneficios que proporciona el coleccionismo a la hora de relajarnos y hacernos olvidar nuestras tareas cotidianas o el deseo de valorar las cosas, pero no debemos olvidar del peligro que se puede ocasionar a la hora de gestionar las frustraciones, porque debemos de ser conscientes de que no todo se puede conseguir siempre, y menos de manera inmediata.

      Es importante reconocer que el coleccionismo, al igual que muchas otras actividades, puede tener sus desafíos y riesgos. Uno de los riesgos potenciales del coleccionismo es la gestión de las frustraciones. Aquellos que coleccionan objetos específicos pueden encontrar obstáculos para adquirir ciertas piezas o alcanzar ciertos objetivos en su colección. Estos obstáculos pueden generar frustración o decepción.

      Es importante que los coleccionistas sean conscientes de estos posibles desafíos y tomen medidas para gestionar sus expectativas y emociones. Aquí hay algunas pautas que pueden ser útiles:

      1. Establecer metas realistas: Es importante tener objetivos alcanzables en el coleccionismo. No todos los objetos deseados pueden adquirirse de inmediato, y algunas piezas pueden ser difíciles de encontrar o costosas. Establecer metas realistas y a largo plazo puede ayudar a reducir la frustración.

      2. Disfrutar del proceso: El coleccionismo no se trata solo de adquirir objetos, sino también del proceso de búsqueda, investigación y aprendizaje. Disfrutar de cada etapa del proceso puede hacer que sea menos frustrante cuando se enfrenta a desafíos.

      3. Diversificar intereses: Si la frustración se centra en la búsqueda de una pieza específica, considerar diversificar los intereses de colección puede ser una opción. Explorar nuevas áreas de colección puede ser emocionante y reducir la presión de encontrar una pieza en particular.

      4. Conectar con otros coleccionistas: Compartir experiencias y desafíos con otros coleccionistas puede ser reconfortante y proporcionar apoyo emocional. Las comunidades en línea y los grupos locales de coleccionistas pueden ser recursos valiosos.

      5. Establecer un presupuesto: El coleccionismo puede ser costoso, por lo que es importante establecer un presupuesto adecuado y ceñirse a él. Esto puede ayudar a evitar el estrés financiero y las frustraciones relacionadas con los gastos excesivos.

      En última instancia, el coleccionismo puede ser una actividad gratificante, pero como cualquier otra afición, puede presentar desafíos emocionales. La clave es abordar estos desafíos de manera equilibrada y disfrutar de la afición en su conjunto.



      Como acaba Mario Gradowczyk en su artículo, se podría plantear el coleccionismo como metáfora “que toda la vida está signada por la necesidad de acumular objetos para finalmente librarnos de ellos, o ellos de nosotros.”

      La idea de que el coleccionismo puede ser una metáfora de la vida en la que acumulamos objetos solo para, en última instancia, deshacernos de ellos, o que los objetos pueden liberarse de nosotros, es una reflexión interesante. Puede interpretarse como una forma de explorar la naturaleza transitoria de la existencia humana y nuestra relación con las posesiones materiales. A lo largo de la vida, adquirimos una variedad de objetos y posesiones, pero en última instancia, no podemos llevarnos nada material cuando llega el final.

      Esta metáfora sugiere que el coleccionismo, en lugar de ser solo una acumulación de objetos, puede ser una búsqueda de significado y experiencia. Los objetos coleccionados pueden tener un valor sentimental o estético, pero también pueden representar momentos importantes o pasiones en la vida de un individuo. Al final, lo que importa no es tanto la cantidad de objetos acumulados, sino la conexión y el significado que tienen para el coleccionista.

      En este sentido, el coleccionismo puede ser una forma de explorar la relación entre el ser humano y el mundo material, así como una reflexión sobre la impermanencia de la vida. Cada objeto en una colección puede contar una historia y evocar recuerdos, lo que añade capas de significado a la actividad del coleccionismo.

      Coleccionismo de T.P.

      La tarjeta postal, aunque originalmente diseñada como un medio de comunicación económico, con el tiempo ha tomado un significado y valor que va más allá de su función inicial. Con su capacidad para capturar y transmitir imágenes y temas de una amplia variedad, desde asuntos militares hasta paisajes turísticos y mensajes políticos, la tarjeta postal se convirtió en un reflejo de la cultura y sociedad de su tiempo.

      El coleccionismo de tarjetas postales se convirtió en un pasatiempo popular a principios del siglo XX, reflejando el creciente atractivo estético y cultural de estas cartulinas. Esta tendencia, que comenzó en Europa, pronto se extendió a España, donde surgieron sociedades y revistas dedicadas a la pasión por coleccionar postales. Un ejemplo destacado es Miguel Vingut, que en 1901 afirmaba tener en su posesión más de 16,000 tarjetas postales ilustradas.

      Con el tiempo, el valor de la tarjeta postal no solo se incrementó en términos monetarios, sino también en su valor cultural e histórico. Curiosamente, a pesar de que la tarjeta postal fue concebida originalmente como una forma más barata de comunicación en comparación con las cartas tradicionales, el fervor coleccionista llevó a que algunas postales fueran más caras que una carta sencilla.

      En el coleccionismo, la ilustración en la tarjeta se volvió primordial, eclipsando muchas veces el mensaje escrito. Las imágenes en las postales ofrecían una ventana a aspectos reales y cotidianos del mundo, mostrando lo que se consideraba culturalmente valioso. Por lo tanto, más que simples cartulinas, las tarjetas postales se convirtieron en testigos de la historia, cultura y evolución de la sociedad, capturando momentos y lugares en el tiempo y ofreciendo una perspectiva única sobre el pasado.


      Tradicionalmente, como apuntábamos en el apartado anterior, la postal nace como un 
      medio de comunicación, un medio en el que plasmar infinidad de temas: militares, turísticos, publicitarios, políticos, críticos, etc. Más tarde el atractivo estético de la tarjeta postal 
      hizo que se convirtiera en un objeto coleccionable entre sus aficionados, y así, desde principios del siglo xx, se puso de moda el hobby del coleccionismo de estas pequeñas cartulinas (González Riancho, Torcida, 1997). Tal fue esta afición que en el Boletín de la Tarjeta 
      Postal Ilustrada de febrero de 1901, Miguel Vingut anunciaba poseer más de 16000 tarjetas postales ilustradas y 2700 tarjetas oficiales (Teixidor Cadenas, 1999).
      El interés por el coleccionismo nacido primero en Europa, especialmente en Francia y 
      Gran Bretaña, se trasladó más tarde a España donde, al igual que en otros países europeos, 
      comenzaron a crearse asociaciones de coleccionistas (Guereña, 2005) como por ejemplo 
      en Barcelona la Sociedad Cartófila Española «Hispania» (1901-1909) o en Valencia la 
      Sociedad Cartófila Universal l´Ideal. De igual modo el número de revistas especializadas 
      en la materia, encargadas de anunciar las novedades más recientes y de publicar los anuncios de editores, distribuidores y coleccionistas, aumentó considerablemente (Teixidor 
      Cadenas, 1999).
      El coleccionismo de tarjetas supuso una revalorización, no sólo del precio de la postal 
      sino también del interés suscitado por este medio de correspondencia. Esta idea según 
      Antonio Cánovas del Castillo (Riego, 1997) resulta paradójica si tenemos en cuenta que 
      las tarjetas postales nacen con el fin principal de abaratar el precio de las cartas. Una vez 
      despertado este interés entre aficionados y el ansia por el atesoramiento de centenares de 
      postales, estas se convierten en un objeto de ostentación, llegando el precio de cada una de 
      ellas a superar, en ocasiones, hasta en diez veces el precio de una carta sencilla.
      Lo primordial en la tarjeta es la ilustración del anverso, quedando relegado el mensaje 
      escrito a un segundo plano (Alonso Laza, 1997). En este sentido, se concibe la imagen 
      como medio para mostrar aspectos reales y cotidianos del mundo, se trata de una forma, 
      hasta entonces desconocida, de mostrar en imágenes todo lo culturalmente valioso y que 
      constituye el acervo cultural de un país o región (Riego, 1997)

      La cartofília, «coleccionismo de tarjetas postales» tal como hemos visto en apartados anteriores nacen y se ponen de moda, casi inmediatamente . En Francia en 1899, aparece la primera asociación de intercambio. En 1901, se crean tres revistas especializadas en España: Boletín de la Tarjeta Postal Ilustrada (Barcelona), El Coleccionista de Tarjetas Postales (Madrid) y España Cartófila (Barcelona, 1901-1909) donde se podían encontrar las direcciones otros coleccionistas, nacionales y extranjeros, que deseaban intercambio.(Teixidor Cadenas, 1999). En 1903, Francisco Carreras y Candi ya hacía un estudio acerca de Las Tarjetas Postales en España que demostraba la consolidación y relativa madurez de las mismas a principios del siglo XX. (Gureña 2009)

      La cartofilia, o coleccionismo de tarjetas postales, experimentó un rápido crecimiento y se puso de moda en varios países a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Como mencionaste, en Francia en 1899 se fundó la primera asociación de intercambio relacionada con las tarjetas postales. En España, el coleccionismo de tarjetas postales también ganó popularidad en el mismo período.

      En 1901, se crearon tres revistas especializadas en tarjetas postales en España: Boletín de la Tarjeta Postal Ilustrada en Barcelona, El Coleccionista de Tarjetas Postales en Madrid y España Cartófila en Barcelona (1901-1909). Estas revistas proporcionaban un espacio para que los coleccionistas compartieran información sobre sus colecciones, direcciones de otros coleccionistas y oportunidades de intercambio. Esto facilitó la conexión entre coleccionistas tanto a nivel nacional como internacional.

      El estudio realizado por Francisco Carreras y Candi en 1903 sobre Las Tarjetas Postales en España indicaba que las tarjetas postales se habían consolidado y habían alcanzado cierta madurez en el país a principios del siglo XX. Estos eventos y publicaciones demuestran la creciente pasión y dedicación de los coleccionistas de tarjetas postales en esa época.


      Las cifras de producción representaron un fenómeno mundial, hasta tal punto, que se le ha comparado con lo que para nosotros ha representado internet. La explicación de este nuevo fenómeno social se encuentra, en la facilidad de uso, en la rapidez y en el bajo coste. 


      El auge del coleccionismo de tarjetas postales en el siglo XX se puede comparar en ciertos aspectos con lo que la internet ha representado en épocas más recientes. Ambos fenómenos tienen en común su alcance mundial y su impacto en la sociedad de sus respectivas épocas.

      Una de las principales razones detrás del éxito de las tarjetas postales como objetos de colección fue su facilidad de uso. Las tarjetas postales eran pequeñas, livianas y fáciles de enviar por correo. Además, se podían encontrar en una amplia variedad de diseños, lo que las hacía atractivas para diferentes gustos y preferencias.

      La rapidez con la que se podían enviar y recibir tarjetas postales también contribuyó a su popularidad. Antes de la era de las comunicaciones instantáneas, las tarjetas postales ofrecían una forma rápida de mantenerse en contacto con amigos y familiares, especialmente en distancias largas.

      El bajo costo de las tarjetas postales las hacía accesibles para casi cualquier persona, lo que las convertía en objetos de colección asequibles para una amplia audiencia. Esto permitió que personas de diferentes orígenes sociales pudieran participar en el coleccionismo de tarjetas postales.

      En resumen, el coleccionismo de tarjetas postales se benefició de la facilidad de uso, la rapidez y el bajo costo de estas tarjetas, lo que contribuyó a su fenomenal popularidad y las convirtió en una forma de expresión y conexión social en la época, de manera similar a cómo internet ha conectado al mundo en tiempos más recientes.


      La llegada de la postal se produjo en un momento en que la prensa diaria no contenía fotografías y las revistas ilustradas eran raras y costosas; los libros y álbumes con reportajes fotográficos de carácter geográfico eran un lujo al alcance de muy pocos es por eso que la postal se convirtió en un medio al alcance de todas las clases y permitió conocer la imagen de un mundo al que sólo se puede conocer viajando.

      La tarjeta postal, en muchos sentidos, funcionó como una ventana al mundo en una era donde la información visual instantánea, tal como la conocemos hoy, simplemente no existía. Representaba una revolución en la manera en que las personas veían y experimentaban lugares y eventos lejanos.

      Además de su valor comunicativo, permitiendo enviar breves mensajes a familiares y amigos, las postales servían como una forma tangente de documentar visualmente lugares, eventos y momentos en el tiempo. Para muchas personas, tener una tarjeta postal de una ciudad o monumento distante era como tener una pequeña pieza de ese lugar. Era la única manera que tenían la mayoría de conocer lugares exóticos, monumentos históricos, eventos importantes, o incluso modas y estilos de vida urbanos.

      El coleccionismo de postales no sólo se convirtió en un pasatiempo, sino también en un medio educativo. Las escuelas y los educadores utilizaban las postales como herramientas didácticas, mostrándolas a los estudiantes para complementar lecciones de geografía, historia o cultura.

      Es importante destacar también que la postal proporcionaba una forma democrática de acceso a la cultura visual. No importaba si eras rico o pobre; por un pequeño costo, podías tener en tus manos una imagen de lugares que quizás nunca tendrías la oportunidad de visitar.

      En resumen, las postales no sólo sirvieron como medio de comunicación, sino también como vehículos de educación, cultura y conexión con un mundo más amplio. En una época en que la información visual era limitada y el acceso a medios visuales era un lujo, las postales democratizaron la vista y abrieron las puertas a horizontes lejanos para muchos.






      Intercambio de Postales



      Es cierto que las tarjetas postales desempeñaron un papel único y significativo en la transmisión de información, avances y cambios culturales a lo largo del siglo XX. A pesar de ser un medio de comunicación aparentemente simple, su alcance y accesibilidad las convirtieron en un vehículo poderoso para documentar y compartir una variedad de temas y eventos. Algunos de los aspectos más destacados de su contribución incluyen:

      Comunicación visual
      : Las tarjetas postales permitieron la comunicación a través de imágenes, lo que era especialmente valioso en una época en la que la fotografía estaba en sus primeras etapas de desarrollo. La gente podía ver representaciones visuales de lugares, eventos y acontecimientos de todo el mundo, lo que amplió su horizonte y conocimiento de lugares distantes.


      Documentación histórica: Las tarjetas postales sirvieron como registros históricos visuales de eventos importantes. Desde exposiciones mundiales y guerras hasta cambios en la moda y la tecnología, las postales capturaron momentos significativos en la historia y proporcionaron una perspectiva única para las generaciones futuras.

      Promoción y propaganda: Las postales se utilizaron ampliamente para promocionar destinos turísticos, productos y eventos. Eran una forma efectiva de marketing antes de la era digital y contribuyeron al crecimiento de la industria turística y al éxito de ciertas marcas y productos.

      Cambio cultural: A medida que evolucionaban los valores culturales y las normas sociales, las tarjetas postales reflejaban estos cambios. Mostraban tendencias de moda, estilos arquitectónicos, roles de género y otros aspectos de la cultura de la época.

      Conexión personal: Aunque las tarjetas postales eran a menudo utilizadas para comunicaciones breves y amigables, también eran una forma de mantener conexiones personales en tiempos de distancia física. Los soldados, inmigrantes y personas que viajaban las utilizaban para mantenerse en contacto con sus seres queridos.

      En resumen, las tarjetas postales fueron mucho más que simples souvenirs o medios de comunicación. Fueron una ventana al mundo y una herramienta para compartir experiencias, conocimientos y emociones en un momento en que otras formas de comunicación visual aún estaban en desarrollo. Su influencia y legado en la documentación histórica y cultural del siglo XX son innegables.


      Hoy, todo ha cambiado y la imagen la tenemos al alcance de la mano, sin embargo el coleccionismo de T.P cada vez va a menos. Lo comprobamos a diario en los mercadillos, como el de Sant Antoni en Barcelona o el Rastro de Madrid, cada vez se ha ido reduciendo no sólo en cantidad de puestos sino la calidad del producto. Sólo se ofrece material para neófitos, sin ningún interés para un coleccionista avezado. El tiempo del coleccionismo de T.P. en España tal como lo hemos conocido hasta ahora desaparecerá poco a poco


      Es una realidad que muchos mercados tradicionales y mercadillos, como el de Sant Antoni en Barcelona o el Rastro de Madrid, han experimentado un declive en la oferta de productos coleccionables de calidad en los últimos años. Hay varias razones para esta tendencia:

      1. Digitalización y el auge del comercio en línea: Las plataformas en línea, como eBay, Wallapop o Todocolección, han facilitado la compra, venta e intercambio de objetos coleccionables. Muchos vendedores han optado por vender en línea debido a la mayor visibilidad y acceso a un mercado global.

      2. Cambio en las preferencias del consumidor: Las generaciones más jóvenes pueden tener intereses coleccionables diferentes o preferir experiencias sobre posesiones físicas. Además, con la era digital, las postales físicas se han vuelto menos populares en comparación con las imágenes digitales y las redes sociales.

      3. Economía: Mantener un puesto en un mercado puede no ser rentable si no se venden suficientes productos, especialmente en ubicaciones donde el alquiler o los costos de los puestos son altos.

      4. Dificultad en encontrar productos de calidad: Los objetos coleccionables de calidad, particularmente aquellos que son raros o antiguos, se vuelven más difíciles de encontrar con el tiempo. Los coleccionistas avezados pueden ya tener los objetos más deseables, dejando menos en el mercado.

      5. Cultura del "hazlo tú mismo": Con la facilidad de acceso a la información en línea, más personas optan por vender sus propios artículos coleccionables directamente en lugar de a través de intermediarios en mercadillos.

      Sin embargo, es importante señalar que, aunque el coleccionismo tradicional pueda estar experimentando cambios, no significa que esté desapareciendo por completo. En su lugar, está evolucionando para adaptarse a las nuevas tecnologías, economías y culturas. Es posible que veamos un resurgimiento o una reinvención del coleccionismo tradicional en el futuro, con una combinación de métodos en línea y fuera de línea para satisfacer las necesidades de los coleccionistas de todas las edades.



      Es cierto que los mercadillos y ferias de coleccionistas han experimentado cambios a lo largo del tiempo. A medida que la tecnología y las preferencias de compra han evolucionado, es natural que algunas formas de coleccionismo y sus mercados hayan disminuido o se hayan adaptado. Esto puede deberse a varias razones:

      Cambio en las preferencias: A medida que cambian las generaciones, las preferencias de colección pueden evolucionar. Lo que una vez fue muy popular puede perder interés para las generaciones más jóvenes, lo que afecta la oferta y la demanda en los mercados de coleccionistas.

      Tecnología digital: La digitalización ha tenido un impacto significativo en la forma en que se coleccionan y comparten objetos. Muchos coleccionistas ahora buscan y adquieren artículos en línea, lo que puede reducir la necesidad de mercadillos físicos.

      Demanda limitada: Algunas categorías de coleccionables pueden tener una base de demanda limitada en comparación con otras. Esto puede hacer que ciertos mercadillos y ferias se reduzcan en tamaño y calidad a medida que disminuye la cantidad de personas interesadas en esos objetos específicos.

      Ciclos de mercado: Los mercados de coleccionistas a menudo experimentan ciclos de auge y caída. Lo que puede parecer una disminución en la calidad o cantidad de productos en un momento dado puede cambiar en el futuro a medida que los intereses y las tendencias evolucionan.

      Competencia en línea: La competencia con el mercado en línea puede afectar la viabilidad de los mercadillos físicos. Los coleccionistas pueden encontrar más fácilmente los artículos que desean en línea y pueden optar por esa opción en lugar de visitar un mercado.

      Si bien es cierto que algunos mercados de coleccionistas pueden haber disminuido en tamaño o calidad, esto no significa necesariamente el fin del coleccionismo en sí. El coleccionismo es una afición que sigue siendo apreciada por muchas personas en todo el mundo, y la forma en que se lleva a cabo puede evolucionar con el tiempo. Es posible que los coleccionistas encuentren nuevas formas de adquirir y compartir sus objetos de interés, ya sea en línea o a través de otros canales.


      . El número de coleccionistas es cada vez menor, lo que no quiere decir que vaya a desaparecer y la prueba más evidente es la fuerza que tiene en internet, con páginas que mueven miles de postales cada año. Recursos como www.delcampe.net www.todocoleccion.net www.ebay.es o www.ansichtskartenversand.com. nos ofrecen nuevas oportunidades cada día de encontrar cómoda y reflexivamente productos interesantes para continuar haciendo nuestras colecciones.


      Tienes razón en señalar que el número de coleccionistas tradicionales puede estar disminuyendo, pero el coleccionismo ha encontrado un nuevo espacio en Internet, lo que le permite seguir prosperando en una forma diferente. Las plataformas en línea que mencionaste, como Delcampe, Todocolección, eBay y Ansichtskartenversand, han desempeñado un papel crucial en la preservación y el crecimiento del coleccionismo. Estos sitios web brindan a los coleccionistas la oportunidad de conectarse con otros entusiastas de todo el mundo y acceder a una amplia variedad de objetos coleccionables.

      Internet ha abierto nuevas puertas para el coleccionismo de tarjetas postales y otros objetos, ofreciendo ventajas como:

      1. Acceso global: Los coleccionistas pueden encontrar objetos de todo el mundo y conectarse con otros coleccionistas internacionales.

      2. Variedad de selección: Los sitios web en línea suelen tener una amplia variedad de tarjetas postales disponibles, incluidas aquellas que pueden ser difíciles de encontrar en mercados locales.

      3. Facilidad de búsqueda: Las funciones de búsqueda y categorización en línea facilitan la localización de objetos específicos dentro de una colección.

      4. Intercambio y compra/venta: Los coleccionistas pueden comprar, vender e intercambiar tarjetas postales de una manera más conveniente en línea.

      5. Información y recursos: Internet también es una fuente inagotable de información sobre tarjetas postales, historia postal, identificación y valoración.

      Si bien el coleccionismo en línea puede ser diferente a la experiencia de buscar tesoros en un mercadillo físico, ofrece una forma emocionante y accesible de continuar y expandir colecciones. Además, la comunidad en línea de coleccionistas puede ser igual de apasionada y colaborativa que la comunidad de coleccionistas tradicional. En última instancia, el coleccionismo ha encontrado un nuevo hogar en línea y seguirá siendo una afición vibrante para quienes comparten su amor por los objetos coleccionables.



      El coleccionismo ha experimentado un cambio significativo en la forma en que se practica, gracias a la revolución digital y la globalización. Aunque es cierto que en ciertas áreas y entre ciertos grupos demográficos el número de coleccionistas tradicionales puede estar disminuyendo, el coleccionismo en sí sigue vivo y prosperando, pero en formas adaptadas a la era moderna.

      Ventajas del coleccionismo en línea:

      1. Alcance global: Plataformas como eBay o Delcampe permiten a los coleccionistas acceder a objetos de todo el mundo, algo impensable hace unas décadas.

      2. Facilidad y comodidad: En lugar de esperar a una feria o evento específico, los coleccionistas pueden navegar y comprar en cualquier momento desde la comodidad de sus hogares.

      3. Diversidad de oferta: La variedad de objetos disponibles en línea es inmensa. Si un coleccionista está buscando un artículo específico, es probable que pueda encontrarlo en una de las muchas plataformas en línea.

      4. Comunidades en línea: Además de comprar y vender, internet ha facilitado la creación de comunidades de coleccionistas donde pueden intercambiar conocimientos, consejos y experiencias.

      5. Información y educación: Antes de realizar una compra, los coleccionistas pueden investigar el valor, la autenticidad y otros detalles del objeto de interés, todo gracias a la vasta cantidad de información disponible en línea.

      Sin embargo, como con todas las transacciones en línea, es fundamental que los coleccionistas procedan con precaución. La posibilidad de fraudes, falsificaciones y malentendidos siempre está presente. Es esencial investigar, leer opiniones y familiarizarse con las políticas de devolución y garantía antes de hacer una compra.

      En resumen, aunque la forma en que coleccionamos ha cambiado, la pasión y el deseo de coleccionar sigue vivo. Las plataformas en línea han revitalizado el coleccionismo, haciéndolo más accesible y diverso que nunca.


      De hecho, hoy existe una nueva práctica de intercambio muy parecida, a las de principio de siglo pero usando Internet, que se le ha venido en llamar ‘tarjetas cruzadas’ en la que el usuario se registra en la plataforma, recibe una dirección a la que enviar la tarjeta y a la vez, su dirección es enviada a otro usuario, para que él también reciba una. Existen varios ejemplos pero, la que fue pionera y que hoy tiene más de 700.000 usurarios es  www.postcrossing.com .


      Es interesante ver cómo la práctica del intercambio de tarjetas postales ha evolucionado con la tecnología y ha encontrado una nueva vida en línea a través de plataformas como Postcrossing. Esta comunidad en línea permite a los amantes de las tarjetas postales de todo el mundo conectarse y compartir sus pasiones de una manera moderna y conveniente.

      El concepto de "tarjetas cruzadas" o "cross-posting" es una forma emocionante de conectar a personas de diferentes partes del mundo y compartir una parte de su cultura y vida cotidiana a través de las tarjetas postales. Además de la diversión de recibir tarjetas postales de lugares lejanos, esta práctica también puede ser educativa y enriquecedora, ya que brinda la oportunidad de aprender sobre diferentes países, costumbres y culturas.

      La tecnología ha transformado la forma en que coleccionamos y compartimos nuestras pasiones, y el coleccionismo de tarjetas postales no es una excepción. Aunque la forma de comunicación ha cambiado con la digitalización, el encanto atemporal de las tarjetas postales y su capacidad para conectar a las personas sigue siendo relevante en el mundo actual.




      Las tarjetas postales del siglo XIX, en sus inicios, eran en gran medida una novedad y representaban una nueva forma de comunicación. Aunque la fotografía y otros medios de reproducción gráfica estaban en sus etapas tempranas, las postales pronto se convirtieron en una forma popular de enviar saludos, noticias y otras comunicaciones personales. Algunas características de los mensajes personales en las tarjetas postales del siglo XIX son:

      1. Brevedad y Concisión: Debido al espacio limitado, los mensajes eran a menudo cortos y al grano. Esto llevó a una forma concisa de escribir que aún transmitiera el sentimiento o la noticia deseada.

      2. Saludos y Festividades: Al igual que las tarjetas de hoy, las postales del siglo XIX a menudo se enviaban para conmemorar festividades o eventos especiales, como Navidad, Año Nuevo, cumpleaños, entre otros.

      3. Comentarios sobre la Imagen: Si la postal contenía una imagen, el remitente podría hacer un comentario sobre ella, ya sea para explicarla o para expresar un sentimiento relacionado con la misma.

      4. Noticias Familiares: Las postales eran una forma común de compartir noticias familiares, desde nacimientos y bodas hasta enfermedades y fallecimientos.

      5. Caligrafía Elegante: En el siglo XIX, la caligrafía era altamente valorada y enseñada en las escuelas. Como resultado, muchos mensajes escritos en postales de esta época muestran una letra cuidada y elegante.

      6. Ausencia de Sobre: A diferencia de las cartas tradicionales, las postales no se enviaban en sobres. Esto significaba que el mensaje era visible para cualquiera que manejara la postal, lo que podía afectar el contenido del mensaje debido a la falta de privacidad.

      7. Mensajes Codificados o Informales: En ocasiones, debido a la falta de privacidad mencionada anteriormente, algunas personas desarrollaron códigos o formas informales de escribir para comunicar mensajes que no querían que otros leyeran.

      8. Uso de Idiomas y Dialectos: En áreas multilingües, era común encontrar postales escritas en diferentes idiomas o dialectos, dependiendo de la relación entre el remitente y el destinatario.

      9. Referencias a Viajes: Dado que viajar era un lujo en el siglo XIX, aquellos que podían hacerlo a menudo enviaban postales desde lugares lejanos como una forma de compartir sus experiencias.

      Las tarjetas postales del siglo XIX ofrecen una ventana única al pasado, permitiéndonos vislumbrar la vida cotidiana, las preocupaciones y los afectos de las personas de la época. A través de sus mensajes personales, se revelan no solo los eventos y las noticias del momento, sino también las emociones y relaciones humanas.

      4.1 - Coleccionismo

      La pasión por las tarjetas en Europa ya había comenzado en el último decenio del siglo pasado, pero en España la eclosión viene con el nacimiento del nuevo siglo. Con datos de la Unión Postal Universal en 1902, en España se enviaron más de cuatro millones de postales. Una cifra impresionante, aunque lejos de los más de mil millones que se habían enviado en Alemania, el país que encabezaba el ranking.

       El auge de las tarjetas postales en España a principios del siglo XX es notable, y aunque la cantidad de cuatro millones de postales enviadas puede parecer pequeña en comparación con otros países como Alemania, aún así representa una cantidad significativa. Este aumento en el interés por las tarjetas postales refleja la popularidad de esta forma de comunicación y coleccionismo en la época.

      Cabe mencionar que las tarjetas postales se habían convertido en un medio versátil y atractivo tanto para la comunicación personal como para la comercialización de destinos turísticos y productos. Las imágenes de lugares, monumentos y eventos eran muy solicitadas, y las postales permitían a las personas compartir sus experiencias de viaje o simplemente mantenerse en contacto de una manera rápida y visual.


      Desde el 1901, el coleccionismo de postales fue estimulado por tres revistas especializadas españolas: Boletín de la Tarjeta Postal Ilustrada (Barcelona), El Coleccionista de Tarjetas Postales (Madrid) y España Cartófila. Si se hojeaban estas publicaciones se podían encontrar las direcciones otros coleccionistas, nacionales y extranjeros, que deseaban intercambio de postales entre desconocidos. También era común las personas que se dedicaban a mandar postales de una forma profesional, así encontramos decenas de T.P. circuladas y firmadas o con el sello impreso.

      Es interesante conocer que el coleccionismo de postales en España fue promovido y estimulado por revistas especializadas desde principios del siglo XX. Estas publicaciones no solo proporcionaban información sobre el mundo de las tarjetas postales, sino que también facilitaban el contacto entre coleccionistas, tanto nacionales como extranjeros, que estaban interesados en intercambiar postales. Esto contribuyó al crecimiento y la popularidad del coleccionismo de tarjetas postales en España.

      Además, mencionas que algunas personas se dedicaban profesionalmente a enviar postales, lo que sugiere que había un mercado activo para la venta y el intercambio de tarjetas postales en ese momento. Estas prácticas reflejan la diversidad de enfoques que las personas tenían hacia las tarjetas postales: como objetos de colección, como medio de comunicación personal y, en algunos casos, como una forma de negocio.

      El coleccionismo de tarjetas postales ha evolucionado a lo largo de los años y continúa siendo una afición apreciada por muchas personas en la actualidad, con una rica historia y una amplia comunidad de coleccionistas en todo el mundo



      Envio de Postales por parte de profesionales.

      La tarjeta postal, se convirtió en objeto de los coleccionistas que lo adquirían en sus desplazamientos, o bien las intercambiaban, vía correo, con coleccionistas que podían estar en cualquier parte del mundo. En muchas tarjetas es frecuente encontrar junto a un breve saludo, expresiones como " me ha gustado mucho la postal que me envió y espero que esta sea de su agrado" o pidiendo intercambio de postales para la colección.(Lara López, Martínez Hernández, 2009)

      Es interesante observar cómo las tarjetas postales no solo eran un medio de comunicación y recuerdo, sino que también se convirtieron en objetos de colección muy apreciados por aquellos que las adquirían durante sus viajes o las intercambiaban con otros coleccionistas. Esta práctica de intercambio de tarjetas postales a través del correo permitía a los coleccionistas ampliar sus colecciones y conectarse con personas de todo el mundo que compartían su afición.

      El intercambio de tarjetas postales entre coleccionistas es una parte importante de la historia del coleccionismo de tarjetas postales y ha contribuido a la preservación de estas tarjetas a lo largo del tiempo. Además, estas tarjetas a menudo contenían mensajes cortos y amigables, lo que refleja la camaradería y el interés compartido de los coleccionistas por las imágenes y los recuerdos que representaban las tarjetas postales


      Intercambio de postales.

      De los propios textos incluidos en las tarjetas circuladas también se deduce que no solo se las escribían a familiares y amigos, sino que muchos se las enviaban a ellos mismos. De esta manera las postales llevaban el sello postal autenticando el viaje y sumando un valor agregado con el franqueo para aquellos que las coleccionaban. (Troncoso, 2017)

      Es interesante observar que las tarjetas postales no solo se utilizaban para escribir mensajes a familiares y amigos, sino que también se enviaban a sí mismos como una especie de recuerdo autenticado del viaje. Esto agregaba un valor adicional a las tarjetas postales, ya que contenían el sello postal que autenticaba el viaje y servía como prueba de que la persona había estado en ese lugar en particular.

      Esta práctica de enviarse tarjetas postales a uno mismo era una forma de documentar el viaje y conservar recuerdos visuales de los lugares visitados. Además, para los coleccionistas de tarjetas postales, estas tarjetas autenticadas con sellos postales podían ser especialmente valiosas. La diversidad de mensajes y usos de las tarjetas postales refleja la versatilidad de este medio de comunicación y su importancia tanto como forma de correspondencia como de recuerdo de viaje


       Será un fenómeno global, que reforzará sin duda los servicios postales de todo el mundo y su éxito se encuentra, en la facilidad de manejo, en la rapidez, en el bajo coste del sistema y la afición de coleccionarlas.

      Es cierto que el fenómeno de las tarjetas postales se convirtió en un fenómeno global que tuvo un impacto significativo en los servicios postales de todo el mundo. La popularidad de las tarjetas postales se debió en gran parte a su facilidad de manejo, su rapidez en la entrega y su bajo costo en comparación con otras formas de correspondencia. Estos factores hicieron que las tarjetas postales fueran accesibles para una amplia gama de personas y las convirtieron en un medio de comunicación popular.

      Además, la afición por coleccionar tarjetas postales contribuyó aún más a su éxito. Muchas personas comenzaron a coleccionar tarjetas postales como una forma de preservar recuerdos de viajes, documentar la historia y explorar el mundo a través de imágenes. Este aspecto del coleccionismo de tarjetas postales creó un mercado activo y una red de intercambio entre coleccionistas de todo el mundo.

      En resumen, las tarjetas postales no solo fueron una forma efectiva de comunicación, sino que también se convirtieron en un medio de expresión artística, documentación histórica y una forma apreciada de coleccionismo, lo que contribuyó a su éxito y difusión global.


      Editor Hauser.

      Las imágenes de estas primeras postales ilustradas son pequeñas a menudo situadas arriba y a la izquierda de la tarjeta. El reverso estaba sin dividir lo que obligaba al remitente a escribir en el anverso o sea en la parte de la fotografía y muchas veces sobre ella. 

      Es interesante notar cómo evolucionaron las tarjetas postales ilustradas en términos de diseño y disposición. En las primeras tarjetas postales ilustradas, las imágenes solían ser pequeñas y ubicadas en la parte superior izquierda de la tarjeta. Además, el reverso de la tarjeta no estaba dividido, lo que significa que el remitente tenía que escribir su mensaje en el mismo lado que la imagen, a menudo escribiendo sobre ella.

      Esta disposición puede resultar un tanto diferente de lo que se espera de las tarjetas postales modernas, que generalmente tienen una imagen en el anverso y un espacio separado para escribir en el reverso. Sin embargo, en aquellos primeros días, el formato de las tarjetas postales ilustradas estaba evolucionando y adaptándose a las necesidades de comunicación y la tecnología disponible en ese momento.

      A medida que las tarjetas postales ilustradas ganaron popularidad y se estableció un estándar para su diseño, comenzaron a aparecer diseños más uniformes y prácticos que permitían una separación clara entre la imagen y el mensaje escrito. Esto facilitó su uso tanto para la comunicación como para el coleccionismo, lo que contribuyó aún más a su éxito en todo el mundo.


      Escribir mensaje sobre la imágen.

      Durante el año 1906, se aprobaba en España una normativa de la Unión Postal Universal en la que había un cambio en el diseño de la postal, mediante la cual se propone dividir el anverso de la postal en dos partes, reservándose el lado izquierdo para la escritura y el derecho para la dirección. Con esta sencilla técnica una parte de la postal quedaba completamente disponible para las ilustraciones.

       La introducción de la normativa de la Unión Postal Universal en 1906 para dividir el anverso de la postal en dos partes, con una parte izquierda para la escritura y una parte derecha para la dirección, fue un cambio significativo en el diseño de las tarjetas postales. Esta modificación permitió que una parte considerable del anverso de la postal quedara disponible para ilustraciones, imágenes y diseños, lo que marcó un hito importante en la evolución de las tarjetas postales ilustradas.

      Esta división clara entre la zona de escritura y la zona de dirección facilitó la comunicación escrita en las tarjetas postales y, al mismo tiempo, permitió que las imágenes y las ilustraciones ocuparan un lugar destacado en el diseño de la tarjeta. Esto fue esencial para el atractivo de las tarjetas postales ilustradas, ya que las imágenes eran una parte fundamental de su atractivo visual y su valor como objetos de colección.

      Esta normativa contribuyó a estandarizar el diseño de las tarjetas postales ilustradas y permitió una mayor creatividad en la elección de las imágenes y la forma en que se presentaban en la postal. Como resultado, las tarjetas postales ilustradas continuaron ganando popularidad y se convirtieron en un medio importante de comunicación y expresión artística en todo el mundo.



      Cambio en el anverso

      Durante esta primera quincena de siglo, las postales impresas en fototipia fueron las más abundantes en cuanto a la impresión, puesto que como ya hemos visto, se podía añadir texto con impresión tipográfica. El coleccionismo supuso una revalorización, no sólo del precio de la postal sino también del interés suscitado por este medio de correspondencia. resulta paradójica si tenemos en cuenta que las tarjetas postales nacen con el fin principal de abaratar el precio de las cartas. (Riego, 1997).

      A pesar de que su objetivo principal inicial era abaratar el costo de las cartas y simplificar la comunicación escrita, estas tarjetas evolucionaron de tal manera que se convirtieron en objetos de colección altamente valorados. Esto se debe en gran parte a la estandarización de su diseño y la posibilidad de incluir imágenes y diseños creativos en ellas.

      El coleccionismo de tarjetas postales desempeñó un papel importante en su revalorización. A medida que más personas comenzaron a coleccionar tarjetas postales, la demanda de tarjetas raras y atractivas aumentó, lo que elevó su precio en el mercado. Las tarjetas postales se convirtieron en una forma de arte en sí mismas, y las imágenes que presentaban se volvieron valiosas tanto desde una perspectiva artística como histórica.

      En resumen, a pesar de sus humildes orígenes como un medio de comunicación económico, las tarjetas postales evolucionaron y se convirtieron en objetos de colección apreciados, demostrando cómo los objetos cotidianos pueden adquirir un valor especial cuando son apreciados por su significado cultural e histórico.


      Fototipia


      El coleccionismo de tarjetas postales también desempeñó un papel importante en este auge, ya que las personas buscaban tarjetas raras o interesantes para añadir a sus colecciones. En conjunto, todas estas empresas contribuyeron a la rica tradición de tarjetas postales en España y a su lugar en la cultura visual de la época.


      Fotógrafo. Luis R. Alonso

      El coleccionismo de postales por parte de las mujeres


      El coleccionismo de postales, especialmente durante el apogeo de la tarjeta postal en las primeras décadas del siglo XX, fue una actividad en la que participaron tanto hombres como mujeres. Sin embargo, el coleccionismo femenino de postales tiene sus propias particularidades y contextos que merecen ser explorados.

      Medio de comunicación social: Las mujeres de la época, especialmente en la sociedad victoriana y eduardiana, tenían roles sociales y domésticos muy definidos. Las postales eran una forma accesible y aceptada socialmente de comunicarse, compartir noticias, y mantenerse en contacto con amigos y familiares. Las mujeres, en particular, aprovecharon este medio para mantener vínculos sociales.


      Expresión artística y cultural: Las postales eran, en muchos casos, verdaderas obras de arte, con ilustraciones detalladas, fotografías y, en ocasiones, adornos adicionales. Las mujeres, que históricamente han sido guardianas de la estética doméstica, valoraban estas expresiones artísticas y las coleccionaban tanto por su belleza como por su significado.


      Álbumes y scrapbooking: Las mujeres, más que los hombres, tendían a guardar y organizar postales en álbumes, a menudo como parte del hobby del scrapbooking. Estos álbumes se convirtieron en diarios visuales y narrativos que documentaban viajes, eventos y relaciones personales.


      Educación y geografía: Las postales ofrecían una ventana al mundo. Para las mujeres que no tenían la libertad o la capacidad de viajar extensamente, las postales ofrecían una forma de "viajar" y aprender sobre diferentes culturas, paisajes y lugares históricos.


      Empoderamiento y comercio: A medida que el coleccionismo de postales creció en popularidad, algunas mujeres se convirtieron en comerciantes, vendiendo, intercambiando y organizando eventos de coleccionistas. Esta fue una de las pocas áreas de comercio en la que las mujeres podían participar activamente en un momento en que las oportunidades empresariales para ellas eran limitadas.


      Reflejo de los roles de género: Las postales a menudo reflejaban las normas y roles de género de la época. Las postales que representaban a mujeres solían adherirse a ideales estereotipados de feminidad, maternidad y belleza. Las mujeres coleccionistas, consciente o inconscientemente, interactuaban con estos ideales y estereotipos a través de su hobby.

      En resumen, mientras que el coleccionismo de postales era una actividad practicada por muchos, para las mujeres representó una forma única de expresión, comunicación y conexión con el mundo más amplio en una época en que sus roles y libertades eran más restringidos.




      En la época en que las tarjetas postales comenzaron a popularizarse, se encontraron con oposición por parte de ciertos sectores, siendo uno de los críticos más destacados la Iglesia. La Iglesia tenía varias razones para oponerse a ciertos tipos de tarjetas postales, especialmente aquellas con contenido femenino.

      La Iglesia tradicionalmente había tenido el control sobre la producción de imágenes religiosas y las utilizaba para varios fines, como:

      1. Mantener la devoción: Las estampas religiosas se utilizaban para fomentar la devoción religiosa entre los fieles.

      2. Ofrecer protección espiritual: Se creía que ciertas estampas religiosas protegían a las personas de males y penas, como enfermedades, calamidades y otros desastres.

      3. Promover la moralidad y la virtud: Las estampas religiosas a menudo se usaban para transmitir mensajes de moralidad y virtud a la sociedad.

      4. Difundir enseñanzas religiosas: Algunas estampas contenían sermones o enseñanzas religiosas para la instrucción de los fieles.

      La aparición de tarjetas postales con contenido diferente, especialmente aquellas que podían considerarse inapropiadas o subversivas desde el punto de vista religioso, generó resistencia por parte de la Iglesia. Esto incluía tarjetas postales con representaciones de mujeres que podrían considerarse indecorosas o inmorales desde la perspectiva religiosa.

      En resumen, la Iglesia se oponía a ciertos tipos de tarjetas postales que consideraba contrarias a sus enseñanzas morales y religiosas, ya que estas tarjetas postales competían con su control tradicional sobre la producción de imágenes religiosas y el mensaje que transmitían a la sociedad.

      4.3 - Temáticas

      La pujanza de la industria postal generó una gran variedad no solo en su temática sino también en los formatos en los que se presentaban: en relieve, con desplegables o resortes. Aparecen los editores en especializados en temas concretos que ofrecen productos atractivos a precios muy bajos. Se comercializa muchos tipos de postales: dibujadas, adornadas, en relieve, incluso perfumadas. 

      Postales transparentes o troqueladas.

      Las escenas urbanas se convertirían en motivos protagonistas, mostrando el peculiar progreso o desarrollo de cada ciudad en sus aspectos productivos, sociales, culturales, urbanísticos, y también destacados acontecimientos. 

       Escenas urbanas que muestran la modernidad de las ciudades.

      Así, gracias a la diversidad de motivos gráficos y a su creciente difusión, las tarjetas postales se convirtieron en verdaderos símbolos visuales de la identidad urbana. (Padrón Ruiz y Gámiz Gordo, 2017). También se aprovecha para presentar acontecimientos de actualidad como  la Exposición Universal de Barcelona en 1929 o los efectos de la Semana Trágica de Barcelona en 1909 como lo hizo el barcelonés  Angel Toldrà  (A.T.V.) en 99 postales. 

      Las tarjetas postales, con su diversidad de motivos gráficos y su creciente popularidad, indudablemente se convirtieron en elementos visuales importantes que representaban la identidad de las ciudades y regiones. Esto se debe a varias razones:

      1. Representación visual de la identidad urbana: Las tarjetas postales a menudo mostraban vistas de calles, edificios emblemáticos, paisajes naturales y monumentos de una ciudad o región en particular. Estas imágenes se convirtieron en símbolos visuales que representaban la identidad y la cultura locales. Las personas que enviaban estas postales a amigos y familiares estaban compartiendo una parte de la identidad de su lugar de origen.

      2. Promoción turística: Las tarjetas postales también se utilizaron para promover el turismo y atraer visitantes a diferentes lugares. Las imágenes atractivas y evocadoras de destinos turísticos, playas, hoteles y atracciones locales eran una forma efectiva de atraer a turistas.

      3. Documentación de eventos importantes: Las tarjetas postales se utilizaron para documentar y compartir eventos importantes en la historia de una ciudad o región. Por ejemplo, la Exposición Universal de Barcelona en 1929 y los efectos de la Semana Trágica de Barcelona en 1909 fueron temas que se representaron en tarjetas postales. Estas postales no solo eran recuerdos visuales, sino que también servían como medios de comunicación para informar a otros sobre lo que estaba sucediendo.

      4. Cultura visual compartida: A medida que las tarjetas postales circulaban y se intercambiaban, contribuían a la creación de una cultura visual compartida. Las imágenes y los diseños de las postales se convirtieron en puntos de referencia visuales que las personas reconocían y compartían. Esto ayudó a fortalecer la conexión entre la gente y su entorno.

      En resumen, las tarjetas postales desempeñaron un papel significativo en la construcción de la identidad urbana y regional al representar visualmente los lugares y eventos importantes, promover el turismo y contribuir a una cultura visual compartida. Estas postales se convirtieron en objetos importantes para la comunicación y la expresión visual en una época en que la fotografía y la impresión estaban en pleno auge.


      El auge de las tarjetas postales a finales del siglo XIX y principios del XX no sólo proporcionó un medio accesible y popular de comunicación, sino que también reflejó y documentó la rápida evolución de la sociedad y la cultura de la época. Las postales se convirtieron en el espejo de la vida cotidiana, eventos históricos, progresos tecnológicos y cambios culturales.

      El uso de las tarjetas postales para representar la identidad urbana, como sugieren Padrón Ruiz y Gámiz Gordo, muestra la interacción entre la sociedad y su entorno construido. Las postales capturaron edificios emblemáticos, plazas públicas, calles bulliciosas y paisajes urbanos, ofreciendo una imagen instantánea del carácter y la atmósfera de una ciudad en un momento específico. Estas imágenes no sólo servían para promover la ciudad a los visitantes potenciales, sino que también ayudaban a cimentar un sentido de identidad y pertenencia entre sus habitantes.

      Los eventos importantes, como la Exposición Universal de Barcelona en 1929, destacaron el progreso, la innovación y el cosmopolitismo de la ciudad. Las postales de estos eventos eran populares entre los visitantes como recuerdos y entre los locales como recuerdos de un momento destacado en la historia de la ciudad.

      Por otro lado, eventos más sombríos, como la Semana Trágica de Barcelona en 1909, también encontraron su camino en las postales. Estas tarjetas, como las de Angel Toldrà, documentaron la realidad cruda y a menudo desgarradora de estos eventos. Si bien estas postales podrían haber sido menos populares como souvenirs para los turistas, sirvieron como registros valiosos para la posteridad y ayudaron a transmitir la complejidad y la profundidad de las experiencias urbanas.

      Las tarjetas postales, en su esencia, servían como una forma temprana de medios de comunicación masiva. Antes de la proliferación de la televisión, la radio o incluso la fotografía ampliamente accesible, las postales ofrecían a la gente común una ventana visual al mundo que les rodeaba y a eventos que de otro modo podrían no haber experimentado directamente. Su capacidad para capturar y comunicar tanto lo monumental como lo mundano las convierte en herramientas valiosas para la comprensión histórica y cultural.



      Acontecimientos de actualidad

      La tarjeta postal fue más que un instrumento de comunicación postal, tuvieron éxito porque abarcaban todos los temas posibles y cualquier persona podía encontrar algo de su interés.  Fue el único medio al alcance del gran público, capaz de transmitir los avances, las transformaciones y los cambios de valores del siglo XX.

      Es cierto que las tarjetas postales del siglo XIX y principios del siglo XX retrataron de manera fiel una época de transformación y modernización en todo el mundo. Gracias al desarrollo de los medios de transporte y las comunicaciones, las postales pudieron capturar y compartir imágenes de lugares y eventos de manera más eficiente que nunca antes. Esto tuvo un impacto significativo en la forma en que las personas veían y entendían el mundo que las rodeaba.

      Las tarjetas postales se convirtieron en un medio importante para documentar la arquitectura, la geografía, la moda y la cultura de la época. Desde vistas panorámicas de ciudades en rápido crecimiento hasta retratos de personas en sus trajes típicos, las postales ofrecían una visión fascinante de la vida cotidiana y las transformaciones sociales. Además, como mencionaste, estas postales también proporcionaban una ventana a lugares distantes y exóticos que la mayoría de la gente nunca podría visitar en persona.

      La habilidad de los fotógrafos y artistas que trabajaron en la creación de postales fue impresionante, y muchas de estas imágenes se consideran verdaderas obras maestras de la fotografía y el arte gráfico. Aunque las tarjetas postales han evolucionado y cambiado con el tiempo, su legado como reflejo de una era de cambio y modernización sigue siendo apreciado por coleccionistas y entusiastas de la historia en la actualidad.


      Las tarjetas postales de esa época no solo eran simples medios de comunicación; eran verdaderas obras de arte. Capturaban la esencia de la época: desde la arquitectura imponente de las ciudades hasta la tranquilidad de los paisajes rurales. También mostraban la vida diaria, desde festivales y ferias locales hasta las rutinas cotidianas de las personas.

      El nivel de detalle, la precisión en la coloración y la elección de las escenas reflejaban el talento y la habilidad de los fotógrafos y artistas gráficos de la época. Las postales se convirtieron en un medio privilegiado para los artistas, ya que les permitían mostrar sus habilidades y al mismo tiempo participar en el emergente mundo de la comunicación de masas.

      El surgimiento de estos medios de transporte y comunicación permitió que la información viajara más rápido que nunca antes en la historia. Las personas podían sentir que estaban viajando sin moverse de su hogar simplemente al recibir una tarjeta postal de un lugar lejano. Esta globalización temprana permitió a las personas conectarse de formas que antes eran impensables.

      También es esencial entender el contexto en el que estas postales florecieron. Fue una era de descubrimientos y avances, tanto tecnológicos como culturales. Las exposiciones universales mostraban los avances de la humanidad, y la curiosidad por otras culturas estaba en su punto más alto. Las tarjetas postales eran, en muchos sentidos, una extensión de esta sed de conocimiento y exploración.

      En retrospectiva, podemos apreciar la riqueza de información y arte que estas tarjetas postales del pasado nos han dejado. Nos ofrecen una cápsula del tiempo, un registro tangible de una era que cambió el mundo en muchos aspectos. Por lo tanto, es correcto afirmar que el arte y la maestría presentes en estas tarjetas postales no solo retrataron una era, sino que también la definieron para las generaciones futuras.


       Retrató fielmente una época de modernidad y mostró el gran cambio que se estaba dando en las comunicaciones gracias al desarrollo de los medios de transporte (automóviles, ferrocarriles, barcos de vapor) gracias a ello la T.P. pudo acercar las sensaciones del viajero acomodado y después mostró lo cotidiano, siendo sin duda la primera ventana y en ocasiones la única, para descubrir imágenes de paisajes, ciudades y pueblos del mundo desconocidas para sus coetáneos. Se llegó a un grado tan alto de maestría que difícilmente se ha superado.

      Es cierto que las tarjetas postales ilustradas, especialmente en su apogeo a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, capturaron de manera vívida y artística la era de la modernidad y los avances tecnológicos de la época. La introducción de los medios de transporte que mencionaste, como automóviles, ferrocarriles y barcos de vapor, cambió la forma en que las personas se movían y se comunicaban. Las tarjetas postales se convirtieron en un medio efectivo para compartir estas experiencias y sensaciones con amigos y familiares.

      Estas postales no solo mostraban paisajes impresionantes y escenas urbanas, sino que también reflejaban el espíritu de la época y los valores culturales. Desde las grandes exposiciones universales hasta los cambios en la moda y el estilo de vida, las tarjetas postales eran un reflejo de la sociedad en constante evolución.

      Además, las tarjetas postales proporcionaron una visión única de lugares lejanos y culturas extranjeras en un momento en que los viajes internacionales eran menos comunes y accesibles que en la actualidad. Para muchas personas, estas postales eran su ventana al mundo, permitiéndoles explorar visualmente lugares que nunca podrían haber visitado en persona.

      La calidad artística y la atención al detalle en estas tarjetas postales ilustradas eran notables. Los artistas y fotógrafos se esforzaban por capturar la belleza y el esplendor de sus sujetos, lo que resultaba en obras de arte en miniatura. Esto contribuyó a su atractivo y longevidad como objetos de colección y como registros históricos.

      En resumen, las tarjetas postales ilustradas desempeñaron un papel importante en la documentación y representación de la era de la modernidad y la globalización temprana. Su legado artístico y cultural sigue siendo apreciado por coleccionistas y amantes de la historia en todo el mundo.




      Editor Jorge Venini

      La consolidación de una clase media urbana estimula el turismo y la  adquisición de tarjetas para dar cuenta a familiares y amigos de los lugares visitados y las experiencias vividas. La tarjeta postal es ante todo turística y urbana, pues obviamente era el espacio donde mas demanda tenía y donde acudían de forma repetitiva en la búsqueda de imágenes, tanto los editores nacionales como los extranjeros, pero no exclusivamente, porque con la llegada del formato fotográfico que ya no necesitaba la impresión, los fotógrafos locales se lanzaron a retratar su ámbito más cercano. Todas las ciudades por pequeñas que fueran tuvieron la oportunidad de ser retratadas y gracias a ello, hoy disponen de las únicas imágenes reales  de su pasado.

      Postales en todas las ciudades incluso en las pequeñas. 

      Todos los lugares y todos los temas, por curiosos o extraños que fueran, podían ser representados en los anversos. la tarjeta postal era ya un generalizado elemento de comunicación, con considerables temáticas (animales, arte, artistas, automóvil, aviación, barcos, calles, catástrofes, celebridades, cine, circo, ciudades, deportes, desnudos, enamorados, erotismo, exóticas, exposiciones, ferrocarriles, geografía, infantiles, inventos, militares, monumentos, navidad, paisajes, patrióticas, personajes literarios, plantas, plazas, prensa, productos comerciales, religiosas, sucesos, tipos populares, toreros, vida cotidiana, vistas variadas . (Crespo y Villena, 2017) También las podemos encontrar con interesantes escenas de trabajo o situadas  en el campo.

      Escenas de trabajo 

      Escenas de trabajo. Editor. La concordia Papelera. Vigo

      La lista de las personalidades representadas en las tarjetas postales es representativa como no puede ser de otra manera de los gustos y tendencias de la época. Toreros, copletistas, e incluso el rey Alfonso apareció en numerosas ocasiones tanto en su boda como a lo largo de su reinado.

      Fotos de personajes Reales.

      A veces, la tarjeta postal no se detiene al exterior de determinadas entidades, sino que puede permitirnos penetrar en el interior de algunos comercios, casinos, colegios o cuarteles.

      Publicidad de Colegios.

      Aunque las imágenes fotográficas, gracias al soporte fotomecánico, sean la más reproducidas en las cartulinas postales, existen una variedad inmensa de tipologías que aparecerán en el mercado. Las hay dibujadas, adornadas gráficamente con diversos recursos estéticos y en relieve, e incluso perfumadas; pero sin duda el gran campo de experimentación serán las escenas fotográficas de todo tipo que diversos editores sacarán a un mercado que consume millones de postales cada mes, con destino a un coleccionismo que circulará por las redes postales. (Riego, 2010)

      Postales Fotográficas.

      Los formatos también van evolucionando y comienzan a comercializarse las tarjetas con dimensiones superiores a las postales sencillas: dobles, triples o cuádruples plegadas. Se incluyen relieves gracias a aplicar una presión en seco de la cartulina y al mismo tiempo se emplean otros materiales distintos a la cartulina como el corcho, aluminio o celuloide (Garófano, 2000). Las T.P. se comienzan a editar especialmente para los coleccionistas, y saldrán ediciones donde las tarjetas se venden sueltas en formato doble, para las vistas panorámicas, en acordeón, formando cuadernillos llamados «blok», o en pequeños álbumes de mini postales.

      Bloks o en pequeños álbumes de mini postales.

      Internacionalmente, podemos considerar que la edad de oro de las postales acabó cuando estalló la Primera Guerra Mundial, el 1914. España fue neutral, pero las comunicaciones con otros países quedaron muy afectadas, y las postales perdieron calidad e interés, excepto pocos casos. Incluso grandes impresores madrileños redujeron su calidad porque falló el suministro de buenas cartulinas y tintas. La T.P. conoce la censura y es utilizada como instrumento propagandístico bélico, político, social e ideológico. (www.docutren.com).También esta crisis lleva un cambio estético, entre 1915 a 1930, y es que debido a la crisis política y económica de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión, se opta por dejar un marco blanco alrededor de la imagen, lo que implicaba un ahorro hasta del 20% en tinta y costos de impresión. (Restrepo, M. 2010).


      Fotógrafo. A. Linares


      Las T.P. pasaron en los últimos años del S.XIX de ser únicamente un objeto postal con la única finalidad de transmitir mensajes breves a ser un bien de consumo; es posible que inicialmente fuera su reducido precio y su manejable tamaño lo que impulsara su uso, pero sin duda la verdadera razón de su éxito fue el saber aunar la imagen y mensaje en un mismo elemento, algo poco frecuente en aquel momento. Se tiene que tener en cuenta que entonces los libros e incluso los diarios tenían pocas ilustraciones. (Sánchez-Vigil, J.M. 2016)


      Litografias publicadas en libros.


      Gracias a los avances técnicos de impresión y a los menores costos de producirlas, fabricar tarjetas se convirtió en una actividad de jugosos beneficios destinada a un público cada día más amplio, las postales fueron usadas por todas las clases sociales. (Fernández,1994). Una de las claves del éxito y de la democratización de su posesión fueron los variados canales de venta al público: librerías, papelerías, bazares, quioscos y empresas editoras. (Lara López, Martínez Hernández, 2009)

      Editor Papelería German .Herranz. Impresor Hauser y Menet

      Se establecerán empresas dedicadas a la edición y venta de postales, los fotógrafos encontrarán una vía complementaria de trabajo, y sobre todo el uso de las postales pasará a ser una actividad ampliamente socializada lo que ha permitido que se hayan conservado tantas y tan diversas, debido al alto número que se hicieron y circularon por las redes postales y a la pasión por coleccionarlas. (Riego, 2010)

      Editor Samsot y Menet. Fotógrafo Juli Vintró
       
      Se han podido contabilizar algo más de ciento cuarenta editores e impresores locales que se dedicaban en España o fuera de ella a comercializar tarjetas postales ilustradas de temas sobre España antes de 1900. (Carrasco. 1992)



       Postales de la Primera Guerra Mundial

      Con la llegada de la ilustración a las postales todos los lugares y todos los temas, por curiosos o extraños que fueran, podían ser representados en los anversos. Se facilitaba así el conocimiento de los paisajes, las modas, los gustos y las costumbres populares de una época concreta (Guereña, 2005). El historiador, especialmente a nivel local, puede hallar pues en las tarjetas postales una riquísima cantera documental, a veces única sobre diversos aspectos de la localidad a principios del siglo XX, o al menos complementaria de otras fuentes documentales, iconográficas o no, ya que junto a las vistas generales de una localidad encontramos vistas de una calle, de un puente, de una fábrica o de un almacén”. (Guereña, 2005).

      BIBLIOGRAFÍA Y ENLACES


      BELK, C y RUSSELL W .Collecting as luxury consumption: Effects on individuals and households, Journal of Eco.Psychology, 1995.
      BAUDRILLARD, JEAN. La sociedad de consumo Siglo XXI de España Editores
      GRADOWCZYK MARIO H. ¿Qué es coleccionar? ¿Cuál es el perfil del coleccionista? ¿Por qué y para qué?
      McINTOSH, Y SCHMEICHEL Coleccionistas y coleccionismo: una perspectiva psicológica social. (2004)

      Coleccionar es un acto social e individual dotado de valor estético, histórico, antropológico, ético e incluso pedagógico. El coleccionismo ligado a la posesión ególatra, tanto de objetos, como de cultura, como de identidad es una variante propia de la cultura occidental.












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