Una tarjeta postal es una pequeña pieza de papel o cartulina que se utiliza comúnmente para enviar mensajes cortos y saludos a través del correo postal. Las tarjetas postales tienen características formales específicas que las distinguen de otros tipos de correspondencia y las hacen ideales para compartir imágenes, paisajes y recuerdos de lugares visitados. A continuación, te proporciono una descripción y algunas de las características formales típicas de una tarjeta postal:
- Tamaño estándar: Las tarjetas postales suelen tener un tamaño estándar, que varía ligeramente según el país, pero en general, es aproximadamente de 10,5 cm x 14,8 cm (4,13 x 5,83 pulgadas) en Europa y 10,2 cm x 15,2 cm (4 x 6 pulgadas) en América del Norte. Esto permite que las tarjetas postales sean fáciles de manejar y enviar por correo.
- Imagen en el frente: El frente de la tarjeta postal generalmente presenta una imagen atractiva, como una fotografía, una ilustración o una obra de arte. Esta imagen suele ser el punto focal de la tarjeta y a menudo representa un lugar, un monumento, una escena histórica o una vista panorámica. La imagen se elige para transmitir la esencia del lugar o el tema que se desea comunicar.
- Espacio para el mensaje: En el lado opuesto al de la imagen, hay un espacio designado para escribir un mensaje breve. Este espacio puede variar en tamaño, pero generalmente es lo suficientemente grande como para escribir un saludo personal o un mensaje conciso. A menudo, también incluye líneas impresas para facilitar la escritura.
- Dirección y espacio para el sello: En el lado opuesto al de la imagen, junto al espacio para el mensaje, se encuentra un área destinada a la dirección del destinatario y para colocar el sello postal. La dirección suele estar preimpresa en algunas tarjetas postales, mientras que en otras, se debe escribir a mano.
- División de la imagen y el mensaje: En muchas tarjetas postales, hay una división clara entre la imagen y el espacio para el mensaje. Esto permite que la imagen sea la parte visualmente atractiva y el mensaje esté claramente separado para una fácil lectura.
- Papel y calidad de impresión: Las tarjetas postales suelen estar impresas en papel de alta calidad, a menudo con acabados brillantes o mate para realzar la imagen. La calidad de la impresión es importante para que la imagen sea vívida y nítida.
- Temática variada: Las tarjetas postales pueden tener una amplia variedad de temas, desde turismo y viajes hasta arte, cultura, eventos especiales y más. Esto las hace versátiles y adecuadas para una amplia gama de propósitos.
- Mensajes concretos: Dado que el espacio para el mensaje es limitado, los mensajes en las tarjetas postales tienden a ser breves y concretos, a menudo incluyendo saludos, descripciones de lugares visitados o expresiones de cariño.
En resumen, una tarjeta postal es una forma de correspondencia visualmente atractiva y breve que se utiliza para compartir imágenes y mensajes cortos a través del correo postal. Su diseño estándar y características formales hacen que sean fácilmente reconocibles y apreciadas por su capacidad para capturar la esencia de un lugar o tema específico.
El formato estandarizado de la tarjeta postal, desde poco después de su creación, como se acordó por la Unión Postal Universal en 1878, es de 9x14 centímetros, con orientación tanto vertical como horizontal. Sin embargo, es común encontrar tarjetas postales de esa época con vistas panorámicas resultado de la unión de dos o más tarjetas que, cuando se pliegan, respetan el formato de 9x14 cm (Fig. 2).
A mediados del siglo XX, y estrechamente relacionado con la popularización de las técnicas fotoquímicas, comenzaron a aparecer de forma exponencial tarjetas postales con formato de 10x15 cm (Fig. 3), entre otros formatos no estandarizados, dejando atrás el formato de 9x14 cm (Fig. 4), hasta el punto de que en la actualidad ya no se producen tarjetas postales con ese formato.
La división del reverso se convierte en un factor clave en la evolución que experimentará la tarjeta postal a lo largo de su historia. A principios del siglo XX, la Unión Postal Universal determinó la división vertical del reverso de las tarjetas postales, reservando el espacio izquierdo únicamente para la correspondencia y el espacio derecho para la dirección y el sello correspondiente. Esta nueva ordenanza se aplicó de manera heterogénea en diferentes países. En el caso de España, este decreto se implementó a partir del 31 de diciembre de 1905. Hasta entonces, la correspondencia se ubicaba en el anverso alrededor de la ilustración, que no ocupaba el 100% de la superficie, y el reverso se reservaba para la dirección. La información que proporcionas es valiosa para situar cronológicamente las tarjetas postales sin fecha o con fechas ambiguas. El cambio en la ubicación de la correspondencia en el reverso de las tarjetas postales fue progresivo y la población continuó colocando la correspondencia en el anverso de alguna manera, a pesar de que se había designado un espacio específico en el reverso para ello. Por lo tanto, es común encontrar tarjetas postales posteriores a 1905 con correspondencia escrita en el anverso, lo que puede generar confusión al intentar determinar su fecha exacta. Esta práctica persistente de escribir en el anverso puede ser una pista importante para los coleccionistas y los historiadores al tratar de datar tarjetas postales antiguas.Es cierto que pueden surgir situaciones que generen dudas a la hora de determinar si una tarjeta postal ha sido circulada o no. Esto puede ocurrir por diversas razones, como:
- Ausencia de sellos debido a la extracción por parte de un coleccionista filatélico.
- Existencia de correspondencia escrita en la tarjeta pero ausencia de sellos y matasellos posiblemente porque nunca fue enviada o se envió dentro de un sobre para mantener la privacidad.
- Otras posibilidades que pueden complicar la identificación de la circulación de la tarjeta postal.
La leyenda en una tarjeta postal se refiere a la inscripción impresa en el anverso o el reverso de la tarjeta, que proporciona información básica para identificar el contenido icónico de la imagen y que al mismo tiempo sirve como título de la tarjeta postal. Un hecho muy común en las tarjetas postales del primer tercio del siglo XX era el uso del color rojo para las inscripciones en tarjetas postales monocromáticas. Es decir, era muy frecuente encontrar nombres de localidades y otras inscripciones impresas posteriormente en tipografía roja en fototipias de finales del siglo XIX y a lo largo del primer tercio del siglo XX. Un ejemplo de esta práctica son las tarjetas postales de los editores como Àngel Toldrà Viazo (A.T.V.) o P.Z.
Es común encontrar información adicional en las tarjetas postales, además de la leyenda. Esta información adicional puede incluir el llamado "pie de imprenta", que proporciona detalles sobre el fotógrafo, el editor, el fabricante, entre otros, y se abordará en mayor profundidad en la sección 4.3 sobre Productores.
Además, es frecuente encontrar un código numérico que acompaña a la leyenda o que se encuentra en otra parte del documento, correspondiente al número de serie. Las grandes casas editoriales se dieron cuenta del potencial de las tarjetas postales más allá de su uso como medio de comunicación, considerándolas objetos susceptibles de ser coleccionados. A partir de este punto, surgió el interés por las tarjetas postales como productos editoriales y comenzó la edición numerada de las mismas, creando series sistematizadas. Este hecho, por lo tanto, fomentó de manera significativa el coleccionismo de tarjetas postales en una amplia gama de la sociedad.
La información que proporcionas sobre la historia de las casas editoriales de tarjetas postales en España es muy interesante. Algunos puntos destacados incluyen:
- Casas editoriales importantes: Casas editoriales como Hauser y Menet y Àngel Toldrà Viazo (A.T.V.) jugaron un papel fundamental en la edición de tarjetas postales en España. Hauser y Menet comenzaron la edición sistemática de su "Sèrie General" en 1897 y alcanzaron la postal número 2078 en 1905. De manera similar, Àngel Toldrà Viazo (A.T.V.) inició su "Sèrie General" en 1905 con postales de Barcelona y llegó al menos hasta el número 450063
- Estrategias de mercado: Algunas casas editoriales adoptaron estrategias específicas en el mercado de las tarjetas postales, como la publicación de postales con vistas idénticas pero con numeración diferente o la creación de series no regulares. Esto se hacía con la intención de aprovechar clichés o postales ya impresas previamente.
- Numeración y Dipòsit Legal: A partir de la década de 1960, se popularizó la práctica de incluir un identificador de Dipòsit Legal (DL) en el reverso de las tarjetas postales. Esta codificación alfanumérica proporciona información valiosa sobre la ubicación y el año de edición de una tarjeta postal, siempre que pertenezca al circuito editorial legal. El DL se convierte en una herramienta útil para situar cronológicamente las tarjetas postales
- Gestión del Dipòsit Legal: La Biblioteca de Catalunya asumió la responsabilidad de gestionar el Dipòsit Legal en Cataluña. Desde 1981, han estado recibiendo tarjetas postales en concepto de DL y las clasifican por años y temáticas para facilitar su consulta. Según la temática representada en el anverso de la tarjeta, se deben entregar tres ejemplares (si son postales de tipo geográfico) o dos ejemplares para otros temas.
Toda esta información es valiosa para los coleccionistas y los historiadores que deseen estudiar y datar tarjetas postales antiguas y comprender la evolución de la industria de las tarjetas postales en España.
Tematica
El nacimiento de la tarjeta postal, entendida como un sistema de comunicación que también sirve para la promoción, difusión y comercialización de la fotografía, provocó una ampliación significativa del repertorio fotográfico existente hasta ese momento. A partir de esta invención, la fotografía dejó de centrarse principalmente en el género del retrato y comenzó a utilizarse de manera masiva para representar otras temáticas, desde paisajes y vistas locales hasta una amplia variedad de temas plasmados en formato de tarjeta postal. Podemos afirmar con seguridad que es gracias a la invención de la tarjeta postal que hoy en día disponemos de este amplio repertorio fotográfico.
Clasificar las tarjetas postales según su tipología o temática resulta prácticamente imposible. A lo largo del tiempo, los diferentes autores que han escrito sobre el tema, principalmente los coleccionistas de tarjetas postales, han desarrollado su propia clasificación, sin regirse por definiciones estandarizadas, sino siguiendo criterios personales y los intereses particulares de cada colección. Para dar un ejemplo de una de estas clasificaciones realizadas por coleccionistas, traduciremos literalmente lo que especifica Maurice Rickards en su enciclopedia de materiales efímeros:
La diversidad de temáticas que se pueden encontrar en tarjetas postales es realmente amplia, y diferentes coleccionistas y expertos han propuesto diversas clasificaciones. Según el artículo de Miguel Ángel Santamaría Moreno en una revista especializada en cartofilia, se pueden identificar 24 tipologías diferentes en las que se pueden incluir todas las tarjetas postales coleccionadas en España, aunque muchas de ellas pueden estar presentes en varios epígrafes. Estas temáticas propuestas por el autor son las siguientes:
1. Románticas en general
2. Ciudades
3. Etnografía-folklore
4. Agricultura
5. Industria-minería
6. Pesca
7. Oficios
8. Comercio
9. Edificios y Obras Públicas
10. Locomoción
11. Barcos
12. Catástrofes
13. Publicidad
14. Ciencias
15. Bellas Artes y letras
16. Guerras
17. Militares
18. Juventud
19. Religión
20. Espectáculos
21. Deportes
22. Animales
23. Tauromaquia
24. Postales Especiales
Cada una de estas categorías representa un área específica de interés para los coleccionistas de tarjetas postales y refleja la diversidad de temas que pueden encontrarse en estas piezas.
El proceso de fabricación de las tarjetas postales ilustradas es un tema interesante que se relaciona con la industrialización de la fotografía y el desarrollo de las artes gráficas a finales del siglo XIX. Las tarjetas postales representaron un medio importante para la difusión y comercialización de la fotografía, y se utilizaron diversas técnicas de impresión de imágenes, tanto fotomecánicas como fotoquímicas.
Es importante destacar que las tarjetas postales pueden dividirse principalmente en dos tipos según las técnicas utilizadas en su fabricación:
Fotografía: En este caso, las tarjetas postales se obtienen mediante un proceso fotográfico. Es decir, son fotografías en el sentido más estricto.
Impresión: Por otro lado, algunas tarjetas postales se producen mediante procesos fotomecánicos, es decir, son productos impresos obtenidos mediante técnicas de impresión.
El estudio se centrará principalmente en el contenido icónico de la colección y no en una descripción exhaustiva de las técnicas fotomecánicas y fotográficas, ya que se requiere un enfoque más específico en el material gráfico. El objetivo de esta sección es diferenciar estos dos grupos principales y mencionar las técnicas más comunes utilizadas en la producción de tarjetas postales.
Es importante señalar que la terminología utilizada en las artes gráficas y las técnicas fotoquímicas puede ser confusa, y una misma técnica puede recibir diferentes nombres según diversos autores. En este estudio se utilizará la terminología más comúnmente aceptada en la bibliografía especializada en tarjetas postales.
Los procesos fotomecánicos comenzaron a desarrollarse a finales del siglo XIX. En Cataluña, en 1875, Joseph Thomas i Bigas, Heribert Mariezcurrena y Joan Serra i Pausas fundaron la Sociedad Heliográfica Española, una sociedad artística relacionada con la industria. En esta sociedad, aplicaron conocimientos previos adquiridos en el taller de Geymet en París, donde comenzaron a utilizar técnicas como la heliografía o la fototipia. Esta técnica reemplazó a las tradicionales técnicas de grabado manuales, que requerían la interpretación personal del artista y eran costosas y laboriosas. La fototipia se convirtió en la técnica más utilizada en la producción a gran escala de tarjetas postales debido a su delicadeza, objetividad y aparente similitud con la fotografía química. Los resultados eran de alta calidad y, si se enmascaraban, podían confundirse a simple vista con copias fotográficas, un efecto buscado expresamente por sus creadores.
En resumen, el proceso de fabricación de tarjetas postales ilustradas involucra una variedad de técnicas, desde la impresión hasta la fotografía, y ha evolucionado a lo largo del tiempo para ofrecer una amplia gama de estilos y calidades. Estas técnicas permitieron la rápida producción y difusión de imágenes, lo que contribuyó a la popularidad de las tarjetas postales como medio de comunicación y expresión artística.
Inicialmente, la ciudad de Madrid tuvo más importancia como centro productor de tarjetas postales que Barcelona en el ámbito de la tarjeta postal, especialmente con el establecimiento de las casas editoriales Hauser y Menet y Lacoste. Estas casas editoriales desempeñaron un papel fundamental en la producción y difusión de tarjetas postales en España.
En cuanto a las técnicas de impresión utilizadas en la fabricación de tarjetas postales, se mencionan varias opciones:
- Fototipia: Esta técnica fue la más utilizada a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Ofrecía la posibilidad de producir tarjetas postales con una alta calidad y una apariencia cercana a la fotografía química.
- Autotipia: Otra técnica que se utilizaba en la impresión de tarjetas postales, aunque en menor medida. Consistía en una impresión de tipo mecánico que proporcionaba un efecto similar a la fototipia.
- Fotograbado: El fotograbado es una técnica que se utiliza en la impresión de imágenes en relieve, y también se empleó en algunas tarjetas postales.
- Offset: A partir de la segunda mitad del siglo XX, el offset se convirtió en la técnica de impresión más común para las tarjetas postales. Permite producir impresiones monocromas o policromas y sigue siendo utilizada en la actualidad.
En cuanto a las técnicas fotoquímicas, que se refieren a los procesos de obtención de imágenes en dos dimensiones a partir de materiales sensibles a la luz, la técnica más común en el campo de las tarjetas postales comerciales fue el gelatinobromuro de plata sobre papel baritado, que producía imágenes en blanco y negro. Aunque aparecieron algunas postales sobre papel fotográfico en 1915, principalmente en forma de retratos de estudio en formato de tarjeta postal, no fue hasta mediados del siglo pasado que esta técnica se utilizó de manera más generalizada en la producción de tarjetas postales comerciales.
En resumen, la evolución de las técnicas de impresión y producción de tarjetas postales refleja el desarrollo tecnológico y artístico a lo largo del tiempo, desde la fototipia inicial hasta el uso generalizado del offset y las técnicas fotoquímicas en blanco y negro. Estas técnicas permitieron la creación de una amplia variedad de tarjetas postales con diferentes estilos y calidades.
Lucien Roisin fue uno de los productores más destacados en la producción de tarjetas postales utilizando técnicas fotoquímicas a partir de la década de 1930. Registró su empresa en 1924 y tuvo un papel fundamental en la producción y distribución de tarjetas postales en España. Uno de sus logros más importantes fue la creación de la Casa de la Postal en la Rambla de Santa Mònica de Barcelona. Esta tienda se dedicaba exclusivamente a la venta de tarjetas postales y funcionó hasta 1962. Contaba con una impresionante colección de cuarenta mil imágenes fotográficas de todo el territorio español.
La evolución del color en las tarjetas postales también es un factor interesante a tener en cuenta. Al principio, se añadía color a las tarjetas postales de forma manual sobre impresiones fotomecánicas (y posteriormente también en las fotoquímicas). Esta labor se realizaba de manera precaria, a menudo por mujeres. Se utilizaban técnicas manuales que iban desde técnicas secas como lápices de colores hasta técnicas a base de agua como anilinas o acuarelas, aplicadas mediante plantillas o a mano alzada.
El primer proceso mecánico para la aplicación de color en imágenes monocromas se realizó mediante la técnica de la cromolitografía a finales del siglo XIX, primero en tricromía a partir de 1890 y luego en cuatricromía, mediante la impresión sucesiva en diferentes colores desde una plancha litográfica. Como resultado, el color de la imagen no correspondía a colores reales, sino que se fabricaba de forma artificial por el impresor, lo que estaba sujeto a su interpretación y habilidad artística.
No fue hasta la utilización del offset en la impresión de tarjetas postales, poco antes de la década de 1960, cuando se comenzó a representar el color real de la imagen. En este aspecto, la ciudad de Zaragoza se destacó con editores como Ediciones Arribas y García Garrabella.
En resumen, Lucien Roisin desempeñó un papel importante en la producción de tarjetas postales en España, y la evolución del color en las tarjetas postales refleja los avances tecnológicos y artísticos a lo largo del tiempo, desde la coloración manual hasta la representación del color real en las impresiones offset.
En el siglo XIX, la producción de tarjetas postales era bastante diferente de lo que conocemos hoy en día. En esa época, las tarjetas postales solían ser conocidas como "tarjetas de visita" o "cartas postales ilustradas", y su producción e intercambio eran menos estandarizados que en la era moderna. Los principales agentes que intervenían en la producción y distribución de tarjetas postales en el siglo XIX incluían:
Fotógrafos: Los fotógrafos eran una parte fundamental en la producción de tarjetas postales en el siglo XIX. Muchas tarjetas postales presentaban imágenes de paisajes, monumentos, personas o eventos locales, y estos fotógrafos locales eran responsables de capturar estas imágenes.
Editores de tarjetas postales: A medida que las tarjetas postales se volvieron más populares, surgieron editores especializados en su producción. Estos editores seleccionaban las imágenes, las imprimían en las tarjetas y las distribuían. A menudo, las tarjetas incluían la marca o el nombre del editor en la parte posterior.
Litógrafos e impresores: Los litógrafos y los impresores eran responsables de imprimir las imágenes y los diseños en las tarjetas postales. En el siglo XIX, la litografía y la impresión eran procesos manuales o semimanuales que requerían habilidades artísticas.
Correos y servicios postales: Los servicios postales eran esenciales para la distribución de tarjetas postales. La gente solía enviar tarjetas postales a través del correo, y los empleados de correos jugaban un papel importante en la recolección, el sellado y el envío de estas tarjetas a su destino.
Coleccionistas y coleccionistas de tarjetas postales: A medida que las tarjetas postales se volvieron más populares, surgieron coleccionistas que buscaban adquirir y preservar estas tarjetas. Estos coleccionistas también jugaron un papel en la preservación de tarjetas postales históricas.
Destinatarios y remitentes: Por supuesto, las personas que enviaban y recibían tarjetas postales eran parte esencial del proceso. Las tarjetas postales se utilizaban para mantenerse en contacto con amigos y familiares, así como para comunicar noticias y eventos.
En el siglo XIX, las tarjetas postales se convirtieron en una forma popular de comunicación y recuerdo, y la producción y distribución de estas tarjetas involucraba a diversos actores en la cadena de suministro, desde fotógrafos y editores hasta servicios postales y coleccionistas.